Papelón, y no de ‘pescaíto’ precisamente, el que el Sevilla desplegó sobre el tapiz de la Romareda. Nuevamente, los de Míchel pegaron un petardazo cuando más serio se les veía, dejando entrever la multitud de carencias y lo poco de bueno que tiene este equipo cuando juega lejos del Pizjuán. Derrota merecida frente a un Manolo Jiménez que continúa inculcando al Zaragoza los valores de las victorias y de lo díficiles y duras que son obtenerlas.
Pocas novedades presentaba el once del Sevilla. Con Reyes en el olvido, o lo que es lo mismo, en el sofá de su casa viendo el partido, Míchel nuevamente cedió el testigo de la zurda a Manu del Moral, futbolista por el que ya se le discuté hasta su implicación, porque ciertamente de cualidades no anda muy sobrado pero al menos la temporada pasada se dejaba el alma y sumaba goles, nada similar a lo visto hasta la fecha. Con todo ello, más el regreso de Botía y Medel a la titularidad tras cumplir sendos partidos de suspensión por tarjetas, los de Nervión saltaban a la Romareda para enfrentarse al Zaragoza del viejo conocido Manolo Jiménez.
Primeros compases del juego sin dominio claro, a pesar de que el Sevilla intentaba hacerse con el control del esférico. Lo tuvo durante el primer cuarto de hora, pero cuando la profundidad de Navas y Cicinho acaba siempre en la oscuridad de un profuso túnel sin salida saltan las alarmas. No apareció el rematador, no estaba Negredo. Era el inicio de una historia interminable y consabida.
Y eso que el vallecano la tuvo en sus botas. Más clara imposible. Un regalo del veterano Movilla lo dejó solo en el área para batir a Roberto y adelantar a los suyos. Desesperante lanzamiento, sin ni siquiera dirección hacia el marco aragonés.
La inercia la tomó el Zaragoza, que aprovechó su momento de fortuna para espabilar. Incluso, tuvieron dos buenas ocasiones para ponerse por delante pero intervino certeramente Palop, el mismo que nada pudo hacer en el infantil error de Medel, que puso de gol a todo un ‘killer’ como es Postiga y que no perdonó en el 35’ (1-0). Muchos siguen planteándose como es posible que Babá siga aquí y Postiga en el Zaragoza.
Por delante los maños, los nervionenses tiraron por tierra aquella imagen de casta desplegada hacía escasos días frente al Mallorca. Nula presencia ofensiva y atrás era un coladero. Hasta Botía, el supuesto mejor central de este Sevilla, erró en el 2-0 justo antes del descanso. Fallo de marca que permitió rematar plácidamente de cabeza al lateral Sapunaro para batir de nuevo al meta valenciano. Míchel pedía a gritos que llegara el tiempo de descanso.
En la reaunadación del choque, más allá de despertar del letargo, los rojiblancos, con Perotti sobre el césped, seguían mentalmente dormidos. No había plan de nada. Sólo el cambio de Babá en el 64’ reactivó algo la línea de ataque, pero no le pidan gol porque parece que se lo dejó olvidado en Portugal. Así, de un rechace nacería el 2-1 que recortaba distancia, tras un disparo de Medel desde el borde del área.
Con más corazón que fútbol lo intentó el Sevilla, pero Babá en las postrimerías del choque demostró que al menos hoy día no puede ser futbolista del primer plantel. Falló irrisóriamente en una jugada clara. Pero ni Babá, ni Del Moral, ni algún otro.
Míchel: “El fútbol está siendo muy duro con nosotros”
El entrenador del Sevilla, Míchel, pasó por sala de prensa tras el tropiezo inesperado en el feudo del Real Zaragoza. Un encuentro con un resultado final injusto, según el técnico madrileño, que cree que su equipo mereció más por lo mostrado sobre el terreno de juego.
“La lectura no puede ser positiva por el resultado, pero teníamos el partido controlado y con ocasiones hasta el primer error que nos ha castigado tanto. Al descanso nos vamos con 2-0, una desventaja importante para lo que había pasado en el terreno de juego. Intentamos cambiar la idea de juego y buscar alternativas, pero aunque hemos tenido ocasiones, no hemos sabido hacerlo”, decía el preparador sevillista que afirmaba que “jugando como hasta el 1-0 es el camino, pero cada vez que nos equivocamos parece que el fútbol está siendo muy duro con nosotros”.
Por su parte, Míchel no quiso buscarle similitudes a esta derrota con la cosechada en la anterior salida en Liga a Balaídos. “No ha sido un problema de altas y bajas ni de titulares o suplentes. Lo de Vigo no tiene comparación con lo de hoy. Nos fuimos al descanso con 2-0 y cada gol nos ha hecho mucho daño”, admitía.
Por último, justificó la sustitución de Fazio por Botía, cuando el Sevilla perdía y quizás lo más acertado era situar sobre el campo a más futbolistas de ataque. “Teníamos que apretar y teníamos un central con tarjeta. El primer gol es una acción en la que Botía no se podía jugar la segunda. Esos riesgos los podíamos asumir más con Fazio y es lo que hemos intentado”, finalizaba el madrileño.
Jiménez: “Recurrieron al juego directo para apurarnos”
El ex técnico del Sevilla, ahora en las filas zaragocistas, lanzó un cierto dardo tras la victoria. “Es significativo que un equipo de la calidad del Sevilla haya tenido que recurrir al juego directo para apurarnos”, decía Jiménez. Precisamente, calificativo despectivo que recibió en multitud de ocasiones cuando entrenaba a los de Nervión.
Reyes vio el partido desde ‘el sofá de su casa’
El utrerano no está para nada y Míchel bien lo sabe. Tal es así que, una jornada más, Reyes se quedó fuera de una lista de convocados. Duro castigo que recibe en la misma semana con el objetivo de reactivar el alma futbolística perdida. Quizás, ayer hubiera tenido algún minuto, pero ciertamente su nivel dicta mucho del mínimo esperado.