La durísima derrota del domingo en el Calderón ha abierto una nueva crisis en el Betis. Una difícil situación que se trasladó del campo hacia Atocha donde aficionados del Betis que acompañaban al equipo increparon a los miembros de la expedición.
Esta tesitura, sumada al pésimo momento por el que pasa el club en la Liga, a día de hoy en puestos de descenso, llevó a Pepe Mel este lunes a tomar la decisión unilateralmente de dar explicaciones ante los medios presentes.
Sin nadie de la institución acompañándole (cosa que no ha sentado bien en el seno de la entidad bética), quiso dar un paso el frente en una crítica coyuntura: "La noche de ayer fue muy dura para mí, no por el resultado sino por el encadenamiento de causas desde que se inició la temporada, pero si me tirara del barco, sería un cobarde, de muy mal profesional y de muy mal bético”, afirmó descartando rumores que podía apuntar a una hipotética dimisión.
A pesar de asumir en el plano deportivo su competencia en cuanto al bajo nivel futbolístico de los últimos encuentros, el entrenador madrileño dejó entrever la posibilidad de reforzar el plantel en enero: “La dirección deportiva del Betis hace una plantilla que yo tomo mía desde el momento en el que están aquí. Y son ellos los que nos tienen que sacar de esta solución. El mercado de invierno va a venir y la clasificación es la que es. Los errores que hayamos cometido en verano hay que subsanarlos, pero hasta entonces quedan muchos partidos”, manifestaba.
Mel recordó además haber superado otros trances complicados: "Era peor la situación de 2010, un punto en diez partidos o cuando perdimos cinco partidos en Segunda y teníamos que ascender. Esto no es ninguna pose. Yo hago el papel que creo que tengo que hacer. No soy responsable de lo que hagan los demás. Quiero que la gente grite Betis en vez de Pepe Mel”, declaraba el míster.
El futuro en un calendario se torna exigente y esto es algo que el técnico teme y le inquieta bastante: "No ganar el jueves es un pequeño drama y eso en la jornada once es peligroso. Perder este domingo era normal, perder contra el Barça en casa también es normal y luego vendrá el siguiente. En la normalidad, de no ganar el jueves, estaríamos en el fango”, concluía.