Jessica Vall, ganadora del bronce en los 200 metros braza de los Mundiales de Kazán, ha dicho a su llegada al aeropuerto de Barcelona que "esta medalla es un sueño" y que espera que su logro "inspire a mucha gente".
La nadadora catalana ha lamentado no haber llegado a las dos finales que se había planteado como objetivo en los Mundiales que han terminado este fin de semana, pero ha explicado que las pruebas de 100 metros le sirvieron para "gestionar mejor la final de los 200 braza", en la que logró la medalla de bronce, compartida con la danesa Rikke Moller Pedersen y la china Shi Jinglin.
En este sentido, ha subrayado que visto así "no tiene nada ganado" y que en los próximos días estudiarán qué ha salido mal y por qué, para empezar a trabajar para mejorar sus marcas.
La barcelonesa ha confesado que le ayudó mucho lo que le dijeron desde el cuerpo técnico, quienes le trasladaron que podía estar entre las mejores y le aconsejaron que sobre todo fuera "fría para gestionar mejor la carrera".
En esta línea, ha agradecido a toda la gente de su alrededor haberle facilitado las cosas "para disfrutar al 100 %" y en especial a su pareja, con quien ha explicado haber pasado "momentos muy duros por temas de salud", hecho que le ha ayudado a "madurar y aumentar su confianza para el año que viene".
La nadadora de 26 años ha sido la única medallista española en natación en este Mundial, algo que no ve como un problema, pues "todos se han acercado a sus mejores marcas personales".
No obstante, ha reconocido la importancia de la ausencia de Mireia Belmonte, ya que con ella "es todo más fácil" por lo que inspira al resto del equipo.
Ahora la catalana empezará a centrarse en los Juegos Olímpicos, para los que el equipo está "muy animado y trabajando muy duro para estar lo más arriba posible, pero con los pies en el suelo".
Finalmente, ha asegurado que "no contempla dejar el Club de Natación Sant Andreu" para entrar en un centro de alto rendimiento, pues la Federación le ofrece todas las ayudas que necesita para continuar compitiendo, como también acude al CAR de Sant Cugat siempre que lo necesita.