Cada vez son más las personas que bromean sobre el hecho de que en estos últimos años los españoles estamos siendo víctimas de todos los males habidos y por haber. No faltan quienes en tono jocoso han comparado la situación con las plagas bíblicas caídas sobre Egipto e incluso hablan de que “alguien” ha provocado que nos caiga una maldición. Pero sabemos, tonterías aparte, que todo lo que está sucediendo nada tiene que ver con ninguna maldición imaginaria, lo cierto es que con una gestión adecuada se habrían podido evitar algunos acontecimientos (como los incidentes ferroviarios y el apagón) y también se habrían podido paliar correctamente las consecuencias de los acontecimientos inevitables (como la pandemia y el volcán de La Palma).
Es propio de inconscientes resignarse, ponerse a bailar y no exigir responsabilidades
Llegados aquí cabe preguntarse quienes son los responsables de la mencionada gestión y la respuesta no es otra que son quienes nos gobiernan, todos en conjunto y cada uno en su parcela. Estos (políticos) intentan eludir sus responsabilidades defendiendo las bondades de su nefasta gestión, tergiversando lo acontecido para culpar a terceros y, sobre todo, manipulando el sentir de la ciudadanía para que se aminore su descontento. Por desgracia, parece que lo están logrando.
Pero antes de repartir culpas también deberíamos hacernos como mínimo dos preguntas: ¿Porque hay tantos ciudadanos que siempre encuentran argumentos para defender la nefasta gestión de nuestros gobernantes?, a pesar de que también les afecta negativamente. ¿Porque parece que los demás ciudadanos aceptamos como borregos que se deteriore la convivencia ciudadana y se arruinen los servicios públicos?, no parece lógico no hacer nada mientras nos están robando el estado de bienestar que tanto costó alcanzar y la posibilidad de su futura mejora.
Debemos tener claro que a quienes defienden la mala gestión gubernamental solo los podremos contrarrestar con nuestros votos en las urnas, que cambiarían a unos políticos que se valen de mayorías aberrantes para gobernar de espalda a una ciudadanía a la que imponen a la fuerza lo que a ellos les conviene. Los ciudadanos también debemos tener claro para no parecer borregos ante la mala gestión gubernamental no podemos comportarnos como tales, para lo cual es necesario que mostremos de manera contundente (nunca violenta) nuestra desaprobación y descontento ante la gestión de las instituciones. Sin duda, esto también contribuiría a que el resto de la ciudadanía tomase conciencia de la situación y actuase en consecuencia.
Lo dicho deja claro que el inmovilismo nunca es la solución. Está muy bien que los ciudadanos muestren civismo y solidaridad ante las situaciones adversas, como lo es que se las tomen con cierto optimismo. Pero, por el contrario, es propio de inconscientes resignarse, ponerse a bailar y no exigir responsabilidades. Que cada uno haga lo que pueda. Fuerza y salud.
Educar para el futuro
Que cada uno haga lo que pueda
Artículo de opinión del Dr. Antonio Monclova Bohórquez, de El Puerto

- Calles a oscuras durante el apagón. -
- Europa Press.
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