Los cobardes camaleónicos se transforman apostando por la valentía, sin esconderse. Y lo vuelven a hacer. Fuerza a raudales con una pluma que no defrauda.
Los cobardes camaleónicos se transforman apostando por la valentía, sin esconderse. Y lo vuelven a hacer. Fuerza a raudales con una pluma que no defrauda. 
“El Niño” no es supersticioso, nunca se es quién domina como nadie la situación. Detallazo con lazo negro sobre el pecho con un hoja de hierbabuena en recuerdo a María.
El primer pasodoble, el himno se su patria no tiene nombre, tienen miserias. Los malos tratos en la segunda copla testigo desde el punto de vista del vecino.
El silencio se transforma en ovación al escuchar al grupo.
