Ya está aquí la Feria de La Isla, la mejor del universo cosmos o por lo menos de la Bahía, según afirman los forofos del lugar. Llega en un momento de crisis y de apreturas, pero ya la tenemos a las puertas.
Como comprenderán fácilmente, aquí en el manicomio no hay Feria ni cuerpo que la resista. ¡Para Feria estamos nosotros!
Si la hubiera, los locos pasaríamos todo el día montados en esos infernales cacharros que te ponen con la cabeza para abajo, a ver si se nos enciende alguna luz en el cerebro. Pero no es esto lo que nos preocupa principalmente.
Este año tenemos las carnes abiertas, porque, como somos sensibles a todo lo que nos rodea y nos entristecen todos los agobios que la gente sufre fuera, no queremos pensar en lo mal que lo van a pasar muchas familias al no poder montar a sus niños en los cacharritos. Meterse en la Feria con un par de niños, por poner un ejemplo, es un auténtico suicidio. Así de claro. Los niños tiran de la mano y te van arrastrando hasta llevarte a los cochecitos, al tren, al barquito, al piñonate, al algodón, a todo lo que brilla delante de sus inocentes ojos. Pocos padres, por culpa de esta maldita crisis, se van a poder permitir el lujo de montar a sus pequeños en cualquier cacharro teniendo en cuenta que el minuto les sale por tres euros cada niño y que el tiempo en la Feria vuela con una velocidad que no es normal.
Y de sentarse en una caseta ni hablamos para no perder el tiempo. ¿Cuánto necesitaría ese padre? El resultado del cálculo es de ruina, y atreverse a tal aventura es de temerarios, cuando a muchos lo que les preocupa solamente es ir tirando como pueden hasta fin de mes con lo poco que tienen.
Y dando vueltas por el patio y dándole vueltas al coco, se me ha encendido una lucecita al ver un imail que me ha enviado un amigo. No tiene desperdicio y además, no hay que salir muy lejos de aquí para comprobarlo. Yo lo cuento y a ver qué pasa.
Según me dice mi amigo, la señora Jarrillo, alcaldesa electa del Tesorillo (pedanía de Jimena de la Frontera de esta Provincia de Cádiz) ha llegado a un acuerdo con los feriantes. El Ayuntamiento les cede los terrenos gratis y los feriantes ponen las atracciones a un euro. Esta señora es del PP, por lo que bien podría tomar nota del tema de su compañera de partido el Sr. Loaiza.
Hasta ahora no se ha tirado ningún detalle con los que al fin y al cabo lo han puesto ahí con su papeleta. Por supuesto que no es comparable el tamaño de las dos poblaciones, pero los niños sí son comparables. Hay muy pocas cosas que superen el dolor que debe sentir un padre al no poder llevar a sus pequeños a ese recinto de fiesta, porque sabe que, si los lleva, el dolor sería mucho más grande al ver a los demás niños disfrutando de lo que a ellos le es prohibitivo. Sé que el Ayuntamiento dejaría de ingresar la cesión de los terrenos, pero ¿no habría forma de recortar pasta por otros sitios para se pudiera llevar a cabo esta idea? Mayores cosas se han hecho y, puestos a ahorrar en otras cuestiones, habría doscientos sitios donde hacerlo. Ahí entra ya el ingenio, el sentimiento y la capacidad de maniobra de los que trabajan en la Casa Consistorial.
En realidad sería un pelotazo y no creo que el Ayuntamiento se arruine por eso más de lo que ya está. Las ventajas de tal medida son grandes. La gente le daría besitos al Sr. Loaiza y diría que Dios lo bendiga, la Feria estaría animada y de bote en bote, se hablaría del tema hasta en Alaska y finalmente el personal sería feliz viendo disfrutar a lo que más se quiere en este mundo. No me obliguen a mí a hacer los correspondientes cálculos económicos, porque yo no tengo la cabeza muy centrada, aunque siento que el corazón todavía me funciona con normalidad. Quedamos a la espera, aunque ya se sabe que a los locos desgraciadamente nadie nos hace ni puñetero caso.