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El Nazareno de El Puerto

Reanudamos la serie sobre nuestras tallas procesionales, que dejamos el pasado año. Y lo hacemos con la imagen que es santo y seña en nuestra ciudad

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  • NAZARENO Y DOLORES -

Reanudamos la serie sobre nuestras tallas procesionales, que dejamos el pasado año. Y lo hacemos con la imagen que es santo y seña en nuestra ciudad. Y esta no es otra que Nuestro Padre Jesús Nazareno. Para hablar de Él necesitaríamos muchas páginas de este semanario.
Nuestro Nazareno está muy arraigado en todos los estratos de nuestra ciudad. Conjuntamente con la Patrona y Nuestra Señora de la Soledad conforman un tríada casi mágica.

Con toda la razón es denominado desde hace años el Señor de El Puerto. Sería impensable una Semana Santa en nuestra ciudad sin su singular figura avanzando en la mañana del Viernes Santo sobre las miles de cabezas de portuenses, que no porteños. Después de muchos años de duda el historiador jerezano D. José Manuel Moreno Arana desecha la teoría reinante durante mucho tiempo de la autoría de Pedro Roldán. Asigna esta venerada imagen a las manos de Ignacio López, perteneciente es cierto al círculo roldanesco. Ignacio López Nace en Sevilla en 1658. Se traslada a El Puerto donde contrae matrimonio en 1681 con Tomasa Francisca Rendón.

La pareja permanecerá avecindada en la calle Santa Clara desde al menos 1689. Desarrolla una fecunda actividad para diferentes localidades del entorno, como Jerez de la Frontera o Lebrija. Muere en 1718, siendo enterrado a los pies del retablo de la Capilla de Ánimas de la Prioral de la que es autor de la imaginería de dicho retablo. Aparte de la portentosa talla de nuestro Nazareno a López se le atribuye la Virgen del Mayor Dolor y el San Juan de la Veracruz de nuestra ciudad, así como diversas obras de Jerez de la Frontera como el Señor de las Penas de los Judíos de San Mateo y la Virgen de la Piedad del Santo Entierro.

Lo cierto es que este escultor desarrolla toda su obra en nuestra ciudad, se casa aquí y tiene tres hijos y finalmente es enterrado en nuestra Iglesia Mayor Prioral. Por qué abandona Sevilla solo el tiempo y los historiadores lo dirán, posiblemente Sevilla en esa época era un hervidero de artistas y buscó fortuna en esta zona de la Bahía de Cádiz, como otros tantos.

Lo positivo de todo esto es que nos deja al Nazareno para todos los portuenses, porque esta talla transgrede como pocas. Aquí no valen credos y creencias, nuestro Nazareno va más allá de todo esto. Si algo he deseado de siempre y existiese un túnel del tiempo que nos llevara al pasado , sería verlo en su increíble retablo del desaparecido Convento de San Agustín.

San Agustín al que la Hermandad ha vuelto acertadamente y en que un futuro lejano podríamos verlo salir de allí. Cerca de su río. Porque el Nazareno siempre ha estado unido al Rio y a los marineros.

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