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Verano en El Puerto: sol, turismo... y una sanidad al borde del colapso

Artículo de opinión de Manuel Benítez Vélez, del PSOE El Puerto

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  • Manuel Benítez Vélez. -

Con la llegada del verano, El Puerto de Santa María se transforma. Las playas se llenan, las calles se animan y el turismo dispara la población hasta duplicarla. Sin embargo, lo que no crece —más bien se reduce— es la cobertura sanitaria. Una ciudad costera como la nuestra, con esta afluencia, no puede seguir funcionando con los mismos recursos sanitarios que en febrero.
El Puerto se merece una sanidad a la altura de su gente, de su población real y no solo de la que figura en el padrón Los recortes y la falta de previsión nos pasan factura. No hay suficientes médicos, las citas en Atención Primaria son una odisea y las urgencias colapsan con facilidad. El Hospital de Puerto Real, que ya va justo durante el año, no da abasto en temporada alta. El personal sanitario está exhausto y la ciudadanía desatendida.
El Puerto no es un núcleo pequeño. Tiene barrios alejados, muchas personas mayores y una población flotante que se multiplica en cuestión de días. Lo mínimo sería reforzar centros de salud y servicios de urgencia durante los meses críticos, pero año tras año se repite la misma historia: descoordinación, escasez y silencio institucional.
Y este abandono también se percibe en otros contextos. Las noches de verano concentran a miles de jóvenes en discotecas como Playa Canalla, Margarita, Phiphi Beach o BLU. Lugares en los que, con esa concentración de personas, debería existir algún tipo de dispositivo sanitario mínimo —ambulancias de prevención, personal sanitario de guardia— como ocurre en conciertos o eventos multitudinarios. Pero ni rastro. ¿Esperamos a que ocurra una tragedia?
El problema no es solo de recursos, sino de voluntad política y planificación. No se puede gestionar una ciudad turística como si fuera un pueblo dormido. La ciudadanía no exige lujos, solo servicios públicos dignos y adaptados a la realidad.
El Puerto se merece una sanidad a la altura de su gente, de su población real y no solo de la que figura en el padrón. 
Y eso empieza por tomarse en serio lo que ocurre cada verano.

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