El mamarracho

Define la RAE como ‘mamarracho’ a una “persona estrafalaria o ridícula”. Y gente que hace el ridículo hay mucha. Algunos hacen el mamarracho para tener su minuto de gloria, otros para ganarse el sustento y otros, los más en mi opinión, para destacar en aspectos sociales.
Este mamarracho repite de memoria los repertorios, pero no conoce que en el Padrenuestro ya no se dice “El pan nuestro de cada día dánosle hoy” Vayamos con un ejemplo: mamarracho es el que se tira toda la madrugá delante de los pasos, vestido como para ir a una boda, haciendo de cicerone a otro que se estrena en esa noche fantástica y que en unos años se convertirá en un cicerone al completo. No hace falta señalar que este mamarracho es un visitador de iglesias durante toda la Cuaresma aunque, casualmente, nunca tiene tiempo de quedarse a la misa, salvo el día que le imponen la medalla de hermano.
Otro ejemplo: mamarracho es el que se mete debajo de un paso y a los diez minutos (haya cargado o no) ya está buscando la cervecita en el bujío más cercano. Este mamarracho suele ser de los que no empujan para arriba, dejando al hermano de trabajadera machacado. La vestimenta de este personaje es curiosa, colorida, con costales inverosímiles y, en ocasiones, irreverentes. Tampoco se queda ni a una sola misa, ya sea antes, o después del retranqueo o de la mudá.
Otro mamarracho: aquel que se pega una paliza ¡detrás de los pasos! Y me explico: coge su cámara, móvil o grabadora e inmortaliza para la posteridad a la banda de moda de turno. Le gustan más los pasacalles de la llegada de la banda al templo que la cofradía que está a punto de realizar su salida procesional. No mira a la cara del Cristo ni una vez, ni se fija en las lágrimas de la Dolorosa. Este mamarracho repite de memoria los repertorios, pero no conoce que en el Padrenuestro ya no se dice “El pan nuestro de cada día dánosle hoy”. 
Con lo fácil que resulta ahora escuchar música online, ver vídeos en YouTube  o cargar cajas en una mudanza…