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El Puerto

Germán, el lacayo de Bonilla

Artículo de opinión de José Antonio Gomila, de VOX El Puerto

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  • José Antonio Gomila, de VOX. -

Me preguntó si el Sr Germán es un alcalde al servicio de los portuenses o es un esbirro del Sr. Moreno Bonilla. Un regidor, dentro de su municipio, es la máxima autoridad administrativa encargada de mantener el orden, la seguridad, la sanidad y la tranquilidad de todos sus vecinos.
El silencio por repuesta y una inacción apabullante, demuestra el servilismo de nuestro principal ante el Sr Bonilla Al alcalde se le atribuye la obligación de defender los intereses de su localidad y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos mediante la ejecución de políticas municipales utilizando las amplias competencias de que dispone.
En el transcurso de los últimos meses llama mucho la atención de algunos hechos acaecidos, que, a modo de botón de muestra, ponen en entredicho la virtud del Sr Germán como paladín de los intereses de los portuenses.
Recordar los graves problemas de orden público acaecidos en nuestra ciudad con motivo del pasado Campeonato de Motos. El dispositivo de seguridad a nivel provincial fue gestionado por la Junta de Andalucía. Hasta la fecha no hay ni rastro de crítica hacia la Junta como responsable del caos causado en nuestra población.
Por otro lado, la subida en más de un 30% de la tasa del agua (impuestazo) auspiciada por la Junta de Andalucía, no ha generado ni un ápice de crítica del Sr Germán.
Con respecto a la decisión de la Consejería de Salud de cerrar los ambulatorios de Casa del Mar y Ángel Salvatierra las tardes de este verano, medida obtusa donde las haya teniendo en cuenta que casi triplicamos la población, nuestro valedor vuelve a ponerse de perfil.
El silencio por repuesta y una inacción apabullante, demuestra el servilismo de nuestro principal ante el Sr Bonilla. Estos hechos dejan abiertamente claro a quien se debe, en lugar de ser servidor de aquellos a los que teóricamente debería representar y que le pusieron en el cargo que desempeña, se somete servilmente a los intereses de su príncipe.
Queremos un alcalde valedor de sus vecinos, que represente la transparencia, la participación y la preocupación por el bienestar de la comunidad. La dura realidad es que tenemos lo antagónico, a un alcalde lacayo de su propio interés, a un alcalde lacayo de Bonilla.

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