El extorero José Ortega Cano ha dicho hoy al juez que cuando sufrió un accidente de tráfico en el que murió otro conductor no había bebido alcohol
El extorero José Ortega Cano ha dicho hoy al juez que cuando sufrió un accidente de tráfico en el que murió otro conductor no había bebido alcohol, que solo se había mojado los labios con una copa de cava y que respetó todos los límites velocidad.
Ortega Cano ha comparecido hoy como imputado durante dos horas ante el juez de instrucción 9 de Sevilla, a quien ha afirmado que no excedió los 90 kilómetros por hora a que estaba limitada la carretera y que controlaba correctamente su todoterreno, pese a que los peritos de la Guardia Civil han afirmado que colisionó a 125 kilómetros por hora tras invadir el carril contrario.
Sin embargo, en el momento de la colisión pudo darle "un vahído" o "somnolencia" que su abogado ha atribuido a la arritmia cardíaca que sufre el extorero.
Abogados presentes en la declaración han informado a los periodistas de que Ortega Cano ha dicho que recuerda todo lo sucedido excepto el instante anterior a la colisión, de la que no tiene ninguna imagen y ni siquiera la de las luces del coche contra el que chocó.
En contra del informe oficial que detectó en su sangre casi el triple alcoholemia de la autorizada, Ortega Cano ha afirmado primero que solo bebió un sorbo de cava y luego, a preguntas de otros abogados, ha precisado que apenas se mojó los labios, por lo que "no se explica" los datos del Instituto Nacional de Toxicología.
Su abogado, Enrique Trebolle, ha afirmado a los periodistas que en breve presentará testigos que demostrarán que "nadie lo vio antes del accidente en un estado que no fuera correcto".
En toda su comparecencia Ortega Cano no ha hecho ninguna alusión al fallecido, Carlos Parra, de 48 años, y ha dicho que "juraba por sus hijos" que todo lo declarado sobre el accidente que sufrió el pasado 28 de mayo en una carretera local próxima a Castilblanco de los Arroyos (Sevilla) es la verdad.
El extorero ha llegado a los juzgados de Sevilla en un coche de alta gama, ha entrado y salido del edificio judicial entre medio centenar de cámaras de televisión y de fotógrafos y se ha desplazado en una silla de ruedas empujada por su hijo Fernando.
En una breve declaración, ha asegurado que ha acudido a declarar "con toda franqueza" y con el deseo de que "sea lo que Dios quiera y las leyes dictaminen".
El juez no ha acordado contra él ninguna medida cautelar y le ha imputado un delito de homicidio por imprudencia y dos contra la seguridad vial.
Los abogado que ejercen la acusación en nombre del fallecido, Andrés y Luis Romero, han precisado a los periodistas que el imputado sí ha reconocido que minutos antes del siniestro adelantó en un paso de cebra a un vehículo, pero lo ha atribuido a que su conductor se detuvo sin motivo que lo justificase.