Según ha informado la Benemérita en un comunicado, los hechos se inician a raíz de la denuncia de un ciudadano que manifiesta haber sufrido el robo de un ciclomotor, el cual, según su versión, portaba en su interior documentación personal y accesorios informáticos propiedad de su hijo.
Investigando, los guardias civiles logran saber que un vehículo de similares características había sido visto en posesión de dos individuos. Las sospechas se confirman tras identificar y localizar a estas dos personas que finalmente son una detenida y otra imputada por ser menor de edad.
Ante las evidencias, éstos reconocen haber vendido el ciclomotor por 300 euros a un individuo que se lo llevó, auxiliado por un conocido. Más tarde, el comprador fue reconocido por un testigo tirando piezas, presuntamente de un ciclomotor, al río Guadalquivir, algunas de las cuales son recuperadas e identificadas por su dueño como propias.
Así, los agentes del Instituto Armado localizan a ambos individuos y los detienen por un delito de receptación. Posteriormente, descubren que uno de estos dos detenidos había sustraído objetos de valor del interior de la vivienda de un familiar usando la llave que poseía y, para implicar la autoría y pensando que jamás se establecería la conexión, había dejado la documentación del auténtico dueño del ciclomotor y fracturado la cerradura, para simular un robo.