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España

El sas se responsabiliza del reparto de metadona

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Desde ayer no son los policías locales de Cádiz los que se encargan de custodiar las dosis de metadona hasta los centros de salud, donde diariamente son administradas. A finales del año pasado el equipo de Gobierno municipal no quiso esperar más a que se llegase a un acuerdo con el Servicio Andaluz de Salud, que había estado esquivando el transporte de este medicamento gracias a la labor de la Policía Local y Nacional primero, y sólo de la Local, después. Se puso fecha al fin, como habían reclamado una y otra vez los sindicatos de la Policía. No es competencia municipal y sólo en la localidad de Cádiz el SAS no se responsabiliza de la custodia de la misma. Es un argumento de peso, pero existen dos más que dan toda la razón al Ayuntamiento. El primero es que dos agentes se dedicaban en exclusiva a esta labor de lunes a viernes, lo que merma el servicio a los gaditanos en otras materias. El segundo, todavía de mayor peso, es que el Ayuntamiento cuantificó el gasto de los dos agentes, los días de servicio, el tiempo, el vehículo y demás en 360.000 euros anuales. Aunque parece una auténtica barbaridad, esa cantidad de dinero es motivo suficiente para dejar de prestar el servicio que no es de su competencia, aunque se corra con los gastos compartidos.

La reacción de la Delegación de Salud fue desproporcionada y muy desagradable. El delegado Hipólito García no esperó para cargar contra el Ayuntamiento, con demagogia y sin reparos. Hubo que recordarle que es competencia suya organizar el reparto de un medicamento tan delicado y que cuando la Policía Nacional dijo hasta aquí hemos llegado, García no se atrevió a abrir la boca contra la Subdelegación del Gobierno. Este delegado queda retratado usando un órgano público para beneficio del partido al que pertenece, ya que calla contra la Subdelegación gestionada por su compañero de filas, Sebastián Saucedo, pero se calienta cuando, la misma decisión la toma Teófila Martínez.

Y ni la metadona, ni la Policía Local, ni la Junta de Andalucía, ni el Ayuntamiento deberían estar al servicio de los partidos, aunque esa utopía pocos la crean. Y de la falta de fe de los gaditanos en sus dirigentes políticos es culpable, como otros muchos, el delegado Hipólito García.

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