Ni de Cataluña, ni del aborto ni de las tarjetas "B" de Caja Madrid. De lo que más se le pregunta y de lo que más habla el ministro de Justicia, Rafael Catalá, es de la modificación de las tasas judiciales que anunció ante su antecesor Alberto Ruiz-Gallardón, impulsor y defensor de esta polémica ley.
Mañana se cumplen dos semanas desde su toma de posesión al frente del departamento y nadie olvida el momento en que anunció sin que le temblara el pulso que emprendería el "análisis y la mejora" de la ley de tasas judiciales, cuya aprobación marcó un antes y un después en las relaciones -mejor dicho, en las no relaciones- entre el Ministerio y la judicatura.
Pero tan importante es lo que dijo como ante quien lo hizo, pues apenas unos metros separaban a Catalá de Gallardón, que no varió el gesto cuando el titular de Justicia se refirió a las tasas, uno de los escasos grandes proyectos que sacó adelante el exministro.
De hecho, las tasas judiciales no han dejado nunca de estar de actualidad desde su aprobación en noviembre de 2012. La ley no solo es el blanco de los ataques de jueces, fiscales y abogados sino que ya está en la mesa del Tribunal Constitucional.
Lo que seguro no esperaba Gallardón es que la que hasta hace poco fue "su casa" se uniera en esta cruzada contra su reforma.
Y es que si el exministro ya fue desautorizado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al retirar la reforma del aborto, con el anuncio de Catalá se puede producir el segundo golpe a su gestión aunque ya no esté sentado en el Palacio de Parcent.
Fuentes próximas al PP no dejan de abrir los ojos ante el anuncio de Catalá. No por el qué sino por el cómo lo hizo. "Tenía a Gallardón justo al lado y no le tembló la mano", afirman.
Tanto es así que el ministro ha emprendido una doble estrategia en la que no duda en destacar y elogiar la gestión de su antecesor, mientras asegura que evaluará muchas de las reformas de la agenda de Gallardón.
No obstante, cualquier duda sobre su futura gestión quedará disipada el próximo miércoles cuando desvele su 'hoja de ruta' al comparecer en la Comisión de Justicia del Congreso.
Según fuentes del Ministerio de Justicia, Catalá acudirá a petición propia para explicar las líneas de actuación en los próximos meses y cuales serán sus primeros pasos al frente del departamento.
Por el momento, su perfil más técnico que político supone una garantía para los operadores jurídicos, más aun cuando el pasado miércoles Catalá afirmó que no entiende de reformas "si no es con el apoyo de los afectados y los profesionales a quienes van dirigidos estas medidas".
Catalá tomó posesión de su cargo el pasado 29 de septiembre, pero no fue hasta el pasado lunes cuando tomó el pulso a su agenda pública, reuniéndose ya con los decanos de los colegios de abogados de Madrid y Barcelona, y días después asistiendo al Pleno del Consejo General de la Abogacía Española con todas las miradas puestas en las polémicas tasas.
Así las cosas, los operadores jurídicos han retomado el asunto de las tasas judiciales pero no para polemizar sino para suspender temporalmente sus reivindicaciones en torno a la ley tras escuchar las reflexiones de Catalá.
Pero no todo se reduce a las palabras, sino que también hay medidas como la convocatoria en próximos días de la mesa sectorial para abordar ésta y otras cuestiones con las comunidades autónomas.
Así, las fuentes consultadas señalan que su perfil de tecnócrata y su decidida apuesta por el diálogo y el consenso son la mejor garantía para recuperar las sensaciones pérdidas con la casi totalidad de los sectores de la Justicia durante la etapa de Ruiz-Gallardón.
"Su talante y su disposición van a traer nuevos aires al Ministerio", aseguran las fuentes antes de recordar el principal problema al que se va a enfrentar Catalá en su mandato, a sabiendas de que 2015 es año electoral: el tiempo.