BARCELONA 75
El Unicaja y el Barcelona se jugarán mañana en el Palau Blaugrana un puesto para la final de la ACB, tras ganar anoche el equipo malagueño (82-75) en un partido trepidante donde tuvo hasta 18 puntos de diferencia, que fueron recortados, aunque la serenidad y el temple le dio un triunfo trabajado y justo.
El equipo malagueño tenía la última oportunidad para seguir en la competición. Iba a ser difícil, porque aparte del rival, los efectivos se iban cayendo como el escolta Berni Rodríguez, lesionado, y el ala-pívot estadounidense Marcus Haislip, baja de última hora.
El Barcelona también se presentó en Málaga con la ausencia del alero checo Lubos Barton, lesionado, aunque quizás, por la extensión de la plantilla y por la calidad de los jugadores, en un principio lo podría notar menos que su rival.
El Unicaja tenía que implorar a la raza, a la casta y al trabajo defensivo para intentar conseguir una victoria, que sería épica por cómo lo afrontaba con tantas ausencias. El equipo cajista salió muy fuerte, agresivo y con el base Carlos Cabezas revolucionado, que impregnó a sus compañeros de la fuerza necesaria para plantarle cara a una de las mejores plantillas de Europa.
En el último cuarto, el Unicaja acusó el esfuerzo realizado y el Barcelona aprovechó el bajón local para, con un parcial de 6-24 en ocho minutos, ponerse por delante 71-73, a falta de cuatro minutos para la conclusión. El encuentro entró en una fase fatídica de nervios e imprecisiones. Quizás el triple de Jiménez, 76-75, minuto 37, cambió nuevamente el decorado a favor de los cajistas, con un parcial de 7-0 con un minuto por jugarse 80-75, le dio el triunfo al Unicaja que irá el domingo a Barcelona.
