Miembros de Greenpeace han pintando hoy decenas de imágenes en una céntrica calle de Madrid para representar los usos que deberían tener las vías y reclamar menos automóviles y menos contaminación, con motivo de la celebración del Día Sin Coches.
Los activistas han pintado esta madrugada siete carriles (dos para aparcamiento y otros cinco para circulación) de la calle Bravo Murillo de Madrid, en el tramo entre la calle Feijóo y la glorieta de Quevedo, para mostrar los usos que deberían tener las grandes calles de Madrid como esta, donde las personas y el transporte público tuvieran prioridad frente al coche particular.
De esta manera, la vía ha aparecido esta mañana con una imagen sobre la manera en que habría que "reordenar su utilización para lograr una ciudad más sostenible y respetuosa con el clima", informa la organización ecologista en un comunicado.
Los activistas han dibujado dos carriles para peatones, otros dos para ciclistas, otros dos para autobuses, y uno para automóviles y motocicletas, que en un futuro no muy lejano deberían ser de motor eléctrico, que explicaban en una pancarta con el mensaje "menos coches, menos contaminación".
El responsable de la campaña de Movilidad de Greenpeace, Mariano González, ha asegurado que "este modelo, que podría trasladarse a cualquier ciudad, debería constituir la esencia de las políticas de movilidad y urbanismo de los próximos años".
Con esta demostración, se podría lograr "la reducción en el número de automóviles que circulan en nuestras ciudades mediante el rediseño de nuestras calles, y el reparto más equitativo del espacio público entre las personas y los medios de transporte".
Greenpeace ha explicado que la elección de la calle Bravo Murillo obedece a que es "representativa del absoluto dominio del automóvil en las ciudades: de los 28 metros de anchura, 19 de los mismos están dedicados a la circulación (cinco carriles) y aparcamiento (dos) de automóviles.
Es decir, según la organización, un 70 % del espacio público está dedicado al uso prioritario del coche, porcentaje habitual en la mayor parte de las calles de las ciudades españolas.
"No es por tanto de extrañar que cada día circulen por esta calle de Bravo Murillo más de 22.000 vehículos, la mayor parte de paso hacia otras partes de la ciudad".
Por ello, los ecologistas quieren llamar la atención sobre las políticas de movilidad y urbanismo que se pongan en marcha en los próximos años y plantean la redistribución de todo el espacio dedicado hoy en día al automóvil particular hacia peatones, bicicletas y carriles reservados para el transporte público.
Proponen, además, otros usos sociales, no exclusivamente de tráfico de automóviles, como parques, espacios para niños, huertos urbanos o lugares de esparcimiento.
González ha dicho a Efeverde que "no se están adoptando las medidas necesarias para reducir el número de automóviles en las vías madrileñas", y ha añadido que "con la crisis esa cifra bajó y habría sido el momento adecuado para fomentar las medidas a favor del transporte público".
Además ha asegurado que en Madrid "en todas las estaciones se superan los niveles de partículas en suspensión en la atmósfera recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS)", así como los de dióxido de nitrógeno.
Ha recordado que el 80 por ciento de la contaminación en la capital se produce por el tráfico rodado de automóviles particulares que causan anualmente entre 2.000 y 3.000 muertes prematuras.