El vicesecretario de Organización del PP, Fernando Martínez-Maillo, ha afirmado hoy que Pedro Sánchez tiene derecho a ser el líder de la oposición, pero no a plantearse formar un gobierno y le ha acusado de "atrincherase" en el PSOE sin escuchar a los barones socialistas.
Eso no puede ser. Pedro Sánchez está haciendo mucho daño a EspañaMartínez-Maillo, que espera que las elecciones gallegas y vascas del domingo clarifiquen el escenario político, ha recalcado que el compromiso de Ciudadanos con el PP sigue vigente y ha calificado de "inviable" el gobierno alternativo que propone Sánchez, dada la "amalgama" de partidos.
"Pedro Sánchez no ha asumido el resultado electoral. ¿Cuántas elecciones tiene que perder para darse cuenta que los ciudadanos le han colocado en la oposición con 85 escaños?", se ha preguntado y ha subrayado que hablar de gobierno con ese respaldo parlamentario es "ser muy optimista".
En su opinión, Sánchez se está jugando su propia supervivencia y, por eso, se atrinchera dentro del partido "tomando como rehenes" a los ciudadanos.
"Eso no puede ser. Pedro Sánchez está haciendo mucho daño a España", ha denunciado Martínez-Maíllo, a quien le da la impresión de que los barones socialistas hablan más con miembros del PP que con su propio secretario general. "No escucha a su gente", ha concluido.
Para el dirigente popular, "a medida que el PSOE se va enmarañando, las opciones de las terceras elecciones avanzan", de lo que ha responsabilizado también al PNV, porque "ha formado parte del bloqueo" junto a los socialistas.
Sobre el caso de Rita Barberá, ha hablado de "desproporción" y se ha mostrado convencido de que la exalcadesa valenciana "no se ha llevado nada", pero ha señalado que "era necesario para el bien de ella y del partido que diera un paso al lado".
No ha entrado a opinar sobre la decisión de Barberá de mantener su acta como senadora dentro del Grupo Mixto, aunque ha recordado que por la misma resolución judicial los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán continuaron en el Senado durante ocho meses.