Barack Obama renunció ayer a su puesto en el Senado de Estados Unidos, cuando faltan más de dos meses para su juramento como presidente y el mundo lo espera como timonel en medio de la tormenta económica y financiera.
“Hoy (por ayer) pongo fin a una etapa y empiezo otra”, declaró Obama, de 47 años, en una carta distribuida ayer y en la cual dio las gracias al pueblo de Illinois, que lo eligió como senador hace apenas dos años.
“Dejo el Senado y me preparo para las responsabilidades que asumiré como próximo presidente de nuestra nación”, añadió Obama, cuya ausencia en la Cumbre del Grupo de los 20, realizada en Washington, dio a ésta un carácter más de promesas que de acción.
The Wall Street Journal y otros medios de prensa de EEUU apuntaron que el presidente George W. Bush, que concluye su mandato con un bajísimo nivel de popularidad, convocó esta cumbre precipitadamente, y la reunión concluyó con una declaración de unidad frente a la crisis y votos de cooperación.
La receta resumida en la declaración final de la Cumbre incluye los ingredientes ya agregados por el Reino Unido, Japón, Alemania y China, entre los cuales se cuentan la baja de las tasas de interés, y estímulos fiscales mediante recortes o reembolsos de impuestos.
El Congreso de EEUU aprobó y el presidente Bush promulgó en febrero pasado un reembolso de impuestos –que distribuyó unos 155.000 millones de dólares a más de 130 millones de contribuyentes– pero ahora se resiste a otra dosis de la misma medicina.
Barack Obama indicó que está a favor de un estímulo, y que si los legisladores no lo aprueban antes de fin de año, para él será prioridad que lo aprueben después de su inauguración el 20 de enero del próximo año 2009.