El presidente de EEUU, Barack Obama, condenó ayer duramente los sangrientos atentados y telefoneó personalmente al gobierno iraquí para mostrar sus condolencias.
El presidente de EEUU, Barack Obama, condenó ayer duramente los sangrientos atentados y telefoneó personalmente al gobierno iraquí para mostrar sus condolencias.
Obama, según la Casa Blanca, llamó a su homólogo iraquí, Jalal Talabani, y al primer ministro Nuri al Maliki, a quien reiteró el compromiso de EEUU por trabajar en la mejora del país.
En un comunicado, Obama mostró su “dura condena” por “estos atroces ataques al pueblo iraquí”, y quiso enviar sus “más profundas condolencias a aquellos que han perdido a sus seres queridos”.
“Estas bombas –aseguró el presidente estadounidense– no sólo persiguen como fin asesinar a hombres, mujeres y niños inocentes, sino que revelan la agenda de odio y destrucción de aquellos que niegan al pueblo iraquí el futuro que se merece”.
Para Obama, “estos intentos de hacer descarrilar el progreso de Irak no casan con el coraje y la resistencia del pueblo iraquí, ni con su determinación para dotarse de instituciones fuertes”.
En un comunicado diferente, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, coincidió con Obama en que los atentados buscan “minar los impresionantes progresos que Irak ha hecho hacia la estabilidad y hacia lograr una mayor confianza en sí mismo”. Clinton aseguró que EEUU permanecerá al lado de los iraquíes en estos tiempos difíciles.