Foto fija de invierno. Don Carnal, invadiendo el teatro municipal, desinhibido, como si nunca hubiera habido crisis ni existiera un mañana y, a un horizonte cercano, nevado, de cartón piedra, un coro de santos glorificando ya, en fase de ensayo, con sus tronos y sus trompetas, al inocente clavado en la cruz por culpa nuestra. A veces morir, en efecto, es una forma de avanzar: hacerse de nuevas a la nada, sentirse inmensamente nada hasta entregarse a ello toda una eternidad, en tanto el resto del personal, al considerarnos plenamente muertos, olvidando nuestros pecados, nos eleva, limpios de polvo y paja, de errores y faltas, de cohechos y prevaricaciones, a la categoría de dioses inmarcesibles, referencia moral inexcusable sin entrar en detalles. Rediseñando. Es la táctica de los partidos de poder corrompidos por la financiación ilegal, la antigua CiU y el actual PP, mayormente: desaparecer, hacerse el muerto, y emprender con naturalidad, tras el preceptivo acopio de frescura y descaro, una etapa nueva, distinta, inimputable, como si la opinión pública, atiborrada de posverdad, no fuera ya capaz de distinguir entre lo que realmente ocurre y lo que contrariamente nos intentan hacer ver. No sé si me explico. Espero que no.
Enterrar las hachas de guerra, justo un cuarto de hora después de volver a liarla. La esperanza en el acuerdo definitivo del tranvía se restablece después de una visita ´relámpago´ de Javier Márquez a Sevilla. Antes hizo falta escenificar otra vez el disenso amplificado por el “Informe de Fiscalización del desarrollo, mantenimiento y gestión del Tranvía de Jaén” del Tribunal de Cuentas sobre la presurosa y torpe cuadratura del círculo para la puesta en marcha del tranvía en el lejano y electoralísimo 2011 de Carmen Pura. Felipe López, recuperada la armonía –es un decir- remite condicionado retocado, ajustado en sustancia a lo acordado hace tiempo: 40-40-20, con las garantías pactadas acerca de la deuda que reclamaba el alcalde. A partir de ahí, se retoma la hipótesis de trabajo de que el bicho terminará funcionando al tiempo que los actores rivalizarán por apuntarse el tanto en campaña electoral. ¿Fue la ascendencia declarada de los Ciudadanos de Juan Marín ante la Junta de Susana Díaz? ¿Las diplomáticas artes conciliatorias de Felipe y Cuqui? ¿O el 20 por ciento imprescindible que comprometió, desatascando, Paco Reyes? Leroy y Decatlón mueven ficha, antes que nadie, en la inmensa explanada del ‘Jaén Plaza’. El proyecto inmobiliario de Serrano Gámez en la parcela de Simago de San Clemente, amenazado por el mantra de la peatonalización, se desbloquea gracias a la conexión con el aparcamiento de la Plaza de la Constitución. Ni un paso atrás. Encuesta preelectoral Viva. Lo que pierde el PP lo gana C’s, determinante, irresistiblemente al alza. En la izquierda, el PSOE se mantiene ligeramente a la baja aunque a solo punto y medio de los populares, Jaén en Común podría conservar representación e IU se movería como en 2015 entre el ser, 1, y la nada. Javier Márquez, con un 5 raspado, gana en valoración de líderes. Fernández Palomino, más conocido que Julio Millán, sigue demoscópicamente a la zaga del alcalde pese a que todo el mundo dé por hecho que Manolo no repetirá como cabeza de cartel.
Danzad, danzad, malditos. Trabajan sin desmayo y no llegan a fin de mes. Hoy ya hay en España más riqueza que hace 10 años pero, en el transcurso de este decenio maldito, millones de trabajadores, instalados en el umbral de la pobreza, han perdido buena parte de su poder adquisitivo. El sueldo apenas da para malcomer como a la mayoría de los pensionistas. ¿Quién se hizo con la plusvalía, la alegría y el alma mía? ¿Quién se ha quedado, por la cara, con el trozo de queso del pobre ratón mientras el muy tonto no paraba de dar vueltas en la rueda de la jaula? 1818 parados más en enero, en plena recolección de la aceituna. El Gobierno, por fin, confirma la rebaja de las peonadas exigidas para tener acceso al subsidio agrario, de 35 a 20. El PP, a través de Gabino, se pone la medalla. Peripatético. Hacerse el muerto también puede ser una manera de avanzar. Pasar crujía al disidente en una nave a la deriva. El oficialismo demoyista muestra indisimulado alivio al refrendarse en pleno de Diputación la marcha de Miguel Moreno y Enrique Puñal. La dirección provincial hurgaba en la herida, ayer, en redes sociales: “Rediseñando. Chaqueteros. Principios permanentes revisables”.
