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Rumiando marzo

“¿Se lo imagina, lo ve usted a oscuras y solo, tosiendo por sentirse, estrellando botellas contra el suelo por oírse, es usted capaz de imaginarlo...

Publicado: 19/07/2020 ·
20:12
· Actualizado: 19/07/2020 · 21:25
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Autor

Manuel Expósito

Director general de Gestión de Medios Jiennenses

Expositor

El blog Expositor se centra en la crónica política de la semana en Jaén y provincia

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“¿Se lo imagina, lo ve usted a oscuras y solo, tosiendo por sentirse, estrellando botellas contra el suelo por oírse, es usted capaz de imaginarlo, envenenándose de imágenes reales y soñadas, día tras día y noche tras noche, rumiando qué?” (Juan Marsé. “Si te dicen que caí”).

El maestro Marsé exhala su último aliento cuando ‘su’ Barcelona -la Barcelona de posguerra que compartió con Manolo Vázquez Montalbán, Jaime Gil de Biedma o Terenci Moix- se desgañita entre improperios cruzados a propósito de la negligente imprevisión de los gobiernos ante una reescalada de contagios que no formaba parte de la hoja de ruta de la estupidizante nueva normalidad. Desconcierto en playas y paseos. Por aquí, aunque las cifras sigan contenidas, tampoco las tenemos todas consigo. Ni mucho menos. Da lo mismo que se trate de una fiesta de graduación sin derecho de admisión, de un caótico botellón poligonero con carreras de coches tuneados o de una improvisada primera comunión en julio, de ésas que tanto proliferan ahora en Jaén, en convocatorias unifamiliares, dada la falta de fe en que vuelvan las aguas a su cauce en septiembre y puedan los críos hacerla junto a sus compañeros de clase. La omnipresencia del virus en nuestras vidas, la insoportable levedad del ser post-Covid-19, este larguísimo e interminable mes de marzo, atenaza a los sensatos y desquicia a los inconscientes. Sálvese quien pueda. Veo y escucho, de cerca, el viernes, en Úbeda, al consejero de Salud de la Junta, Jesús Aguirre, y colijo que el mando único frente a la pandemia no debió subsumirse tan pronto a la mayor gloria de la cogobernanza. La coordinación de arriba abajo, de la administración central a las periféricas, se antoja imprescindible hoy. No dudo, como me confirman, que se esté haciendo acopio desde la región de recursos y medios en caso de rebrotes generalizados, de nueva oleada en ciernes, pero me tranquilizaría más que la toma de decisiones, toda vez que continuamos instalados en marzo, se mantuviera centralizada en Madrid. La gente, hastiada de un estío al que la pandemia ha cambiado de cara, se desplaza sin ton ni son por la piel de toro huyendo de una distopía arrojada de amenaza por donde quiera que vaya. ¡Basta!

Gritos dan en el Real, al Emérito han malherido las indiscreciones de una bastarda, bien pagada y malquerida. Resurge el debate sobre la cosoberanía de nuestra república coronada, en la que se situaban todas las corruptelas del sistema, entre el rey y las cortes, el establishment (conformado por altos políticos y funcionarios) y el pobre pueblo llano (que si recibe las migajas conceptuales del mal llamado estado del bienestar, para la caverna, es que se aferra al subsidio para no trabajar). Los resultados de las elecciones vascas y gallegas del pasado domingo encumbran el moderantismo de Núñez Feijóo y socavan el hiperliderazgo de Pablo Iglesias. El fútbol sin público en las gradas es menos pan y circo. Ahí, no en Zarzuela, el blanco real está de moda: otra liga para el Madrid en tanto el Jaén, tras deshacerse del Linares en Marbella, en una de las peores situaciones institucionales de su ‘casi’ centenaria historia, con el presidente Andrés Rodríguez (otrora delfín de MSegovia, MPasquau y TMembrados) haciendo alarde circense de escapismo, está a un tris de retornar a 2ª B. Otro delfín caído, Carlos Hinojosa, ex alcalde de Alcalá, a quien la protección de Paco Reyes le permitió hacerse con el control de la agrupación socialista de su pueblo, dimite tras permanecer sólo un año en la bancada opositora. A su rival interno, Juan Ángel Pérez, diputado de Cultura durante el último mandato (la alquimia del reyismo, es su estilo, siempre procura restañar discretamente heridas intestinas), que no es concejal y que superó recientemente el coronavirus bajo la atenta supervisión de su médica de cabecera, Elena Víboras, le señalan como alternativa. Entre tanto, en el PP jaenita la bicefalia se consolida. Maribel Lozano mantiene la agenda abierta para fijar ya la fecha de la firma del convenio del tranvía, antes de agosto. Juanma Moreno, alumno aventajado del barón de barones Feijóo, que está a punto de aupar a su eficaz número ‘2’, Elías Bendodo, al comité ejecutivo nacional del PP, firmaría el acuerdo con el alcalde Julio Millán bajo la atenta mirada de Juan Bravo, Juanele para su creciente legión de amigos de Jaén, sobre todo en la CEJ. En ese microcosmos de poder de los populares en el Santo Reino el equilibrio se completa a través del contrapeso que ejerce el presidente provincial, Juan Diego Requena, cada vez más sólido de puertas adentro y diputado al Congreso. Bonilla sabe que para que la héjira de ‘su’ PP crezca en Andalucía necesita paz y armonía en las territoriales y JDR contribuye a ello en Jaén procurando que nadie más en el partido, ¿rumiando qué?, se autoexcluya. Prietas las filas o viene Loles. O sea.

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