Unicaja comenzó el partido a toda mecha. Tres acciones de ataque, tres triples (dos de Osetkowski y uno de Perry). Tuvo que acudir el cuadro merengue a la efectividad de Abalde desde larga distancia para frenar el ímpetu local.
Se unió a la fiesta Tyson Carter, alcanzada la mitad del cuarto. Los malagueños aventajaban en este momento a su rival 12-7, merced a cuatro triples. Era la fiesta del triple para los de Ibon Navarro. A ella se unió también Alberto Díaz (17-10, m. 8).
A los problemas madridistas les puso solución, como en tantas ocasiones, Sergio Llull, con dos triples consecutivos. Pese a todo, Unicaja llegó al final del primer periodo con una ventaja interesante (22-16).
La pintura tuvo color verde y morado durante el inicio del segundo cuarto. En los dos lados de la pista. Ejim apareció como un resorte para anotar cinco puntos consecutivos que elevaron la renta hasta las diez unidades (31-21, m. 14).
El cuadro de Los Guindos llevaba la voz cantante, mientras que los de Chus Herrero mantenían el tipo sustentados por algunos de sus pilares, como Hezonja o Musa.
Como no podía ser de otra manera, el partido se calentó. Los madridistas se quejaron de una clara falta en ataque de Tavares, lo cual solo sirvió para descentrar a su equipo. Llull anotó la última canasta del primer tiempo para acercar a su equipo a cuatro (43-39).
El tercer cuarto comenzó con un intercambio de golpes del que salió bien parado el Madrid. Sobre todo, gracias al dominio de Tavares en el aro rival, logrando el empate hasta en dos ocasiones.
Garuba cometió una clara antideportiva sobre Osetkowski, la cual devolvió la ventaja a los cajistas tras el triple de Alberto Díaz (56-53, m. 27). Unicaja cogió velocidad de crucero en los últimos minutos, con grandes acciones de Kalinoski y Ejim que dejaron a los verdimoraos por delante (63-61).
Los vaivenes del último periodo hicieron al Madrid llegar a ponerse por delante, aunque rápidamente empató Ejim con dos tiros libres. Hezonja y Perry intercambiaron triples para mantener la igualdad (72-72, m. 35). Llull puso sobre aviso poco después, con un triple que dio a los madridistas su máxima ventaja del choque (+5).
Unicaja, ya a remolque, no logró igualar a un Real Madrid que se metió en la final con más sufrimiento del que, seguro, hubiera pensado. Los de Ibon Navarro terminan con honores la que, ya es, mejor temporada de su historia. Y lo volverán intentar.