"Que nadie se olvide de que lo que hemos visto es una falta de preparación y concienciación"
El significativo descenso de la actividad sísmica en la zona de Granada durante los tres últimos días, tanto en el número de terremotos como en la magnitud, solo representa de momento una parada del proceso de liberación de energía, y aún es pronto para determinar si ésta pudiera ser definitiva o temporal.
Así lo ha explicado a Efe el catedrático de Física de la Tierra de la Universidad de Granada e investigador del Instituto Andaluz de Geofísica Jesús Ibáñez, quien ha abogado por aprovechar este tiempo de "espera" para terminar de revisar los edificios, retirar y limpiar lo que se haya caído y adoptar medidas de prevención.
"Si al final (este paréntesis) es definitivo, rogaría llorando que nadie se olvide de que lo que hemos visto es una falta de preparación y concienciación, por lo que lo que ha ocurrido debe servirnos para tomar medidas educativas preventivas", ha señalado.
Ante la imposibilidad de predecir el comportamiento de la tierra, para evaluar la serie sísmica que vive Granada desde principios del pasado diciembre y que se reactivó el 23 de enero con el registro hasta entonces de hasta cinco terremotos de magnitud superior a 4, el Instituto Andaluz de Geofísica está tomando como referencia otra concatenación de terremotos que tuvo lugar en la zona en 1979.
Se trata, explica Ibáñez, de la serie sísmica más parecida a la actual, de ahí que haya sido tomada como referencia.
Y aquel enjambre sísmico de 1979, en el que los temblores fueron de magnitud similar a los actuales, se prolongó durante varios meses, con episodios intermedios de disminución de la actividad.
"¿Cuándo podremos decir que la serie se ha parado? Cuando transcurra un tiempo significativo -que pueden ser días o semanas- sin que haya ningún tipo de actividad sísmica", indica Ibáñez.
Aunque en los tres últimos días se ha producido un descenso significativo del nivel de la actividad sísmica tanto en número como en magnitud, "también es cierto que eso no representa nada más que una parada del proceso de liberación de energía. Para confirmar que esto es definitivo o solo temporal, necesitamos más tiempo y debemos estar a la espera", aclara.
Atendiendo al comportamiento de la serie sísmica del 79, la evolución de la actual sigue siendo "normal" en una situación de estas características, según Ibáñez, que recuerda que es imposible predecir su duración, al igual que la magnitud de los temblores.
No obstante, en una zona como la depresión de Granada, la máxima magnitud alcanzada ha sido de 5,5 en el año 1954 en Albolote.
Este investigador del Instituto Andaluz de Geofísica está "convencido" de que las edificaciones construidas legalmente en Granada están preparadas para este tipo de actividad sísmica, salvo quizá las viviendas anteriores a los años cincuenta que no hayan sido revisadas ni restauradas o algunas del siglo diecinueve.
Lo que quizá no van a resistir en caso de temblores fuertes son las ornamentaciones, como los falsos techos o las terminaciones de escayola o los adornos, de ahí que llame a la ciudadanía a que elimine o refuerce lo susceptible de caerse.