El Proyecto de la Ley de Economía Circular de Andalucía (LECA), que recientemente ha aprobado el Consejo de Gobierno y que ahora se tiene que tramitar en el Parlamento andaluz, parte de una premisa muy clara: “La cultura del usar y tirar se ha hecho insostenible y la LECA facilitará y premiará la reutilización de los residuos reconvertidos en recursos”.
En concreto, el artículo 36 hace alusión a la recuperación de materias primas fundamentales y se refiere también a los recursos minerales. Si desde hace tiempo ya se viene hablando de la recuperación de minerales de las balsas de residuos mineros, esta nueva ley viene a constatar que el futuro de la minería pasa sí o sí por esa valorización de residuos, que también posibilitaría la reducción de las presas mineras.
En el caso de Huelva, y en concreto de la mina de Riotinto y sus grandes depósitos de estériles, ya hay un proyecto que trabaja en esa línea. La empresa Rumbo 5 Cero, responsable de la gestión de residuos en la balsa de Gossan, está inmersa en la segunda fase de prueba de un proyecto que posibilitaría el procesamiento y recuperación de unos 63 millones de toneladas de relaves de oro.
Frente a esta apuesta por la economía circular, Atalaya, empresa gestora de la mina y de las otras dos balsas -Aguzadera y Cobre- está pendiente de la tramitación ambiental de su proyecto para el recrecimiento de esas balsas, que han generado un fuerte rechazo en el ámbito ecologista ante los “riesgos de rotura” y el consiguiente impacto ambiental.
La Junta de Andalucía, impulsora del proyecto de la Ley de Economía Circular, se encuentra en la tesitura de tramitar la nueva Autorización Ambiental Unificada (AAU) para el recrecimiento de las presas mineras de Riotinto, un proceso que ha pasado por varias fases de información pública y para el que el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), en su último informe, propone “realizar autorizaciones parciales progresivas al proyecto de recrecimiento y no una autorización única hasta la cota final proyectada de +417 mts”.
Ecologistas en Acción es una de las organizaciones que claramente se ha mostrado en contra de este recrecimiento en Riotinto y ha presentado sus oportunas alegaciones. Además la pasada semana, con motivo de la celebración del Salón Internacional de la Minería en Sevilla, volvió a abogar por la recuperación de los minerales ya extraídos durante siglos de explotación antes que por la apertura de nuevos yacimientos mineros.
La organización ecologista parte del principio de que todas las minas contaminan y asegura que “ante la actual apuesta por el extractivismo hay alternativas basadas en la recuperación de los minerales ya extraídos durante siglos de explotación minera”.
Pero no se trata solo de un asunto de contaminación, sino que la valorización de residuos mineros tiene también potencial económico.
Así lo revela una investigación realizada en Finlandia con motivo de la elaboración del inventario de depósitos de residuos mineros del país nórdico.
Los investigadores finlandeses Päivi Kinnunen, Marjaana Karhu, Elina Yli Rantala, Päivi Kivikytö-Reponen y Jarno Mäkinen han publicado este verano en Science Direct el informe titulado ‘Una revisión de las estrategias de economía circular para desechos mineros’, que ha sido financiado por la Academia de Finlandia y el Centro de Investigaciones Científicas de dicho país, de reconocida tradición minera.
Según sus conclusiones, “los depósitos de relaves contienen metales por valor de cientos de millones de euros y estos materiales tienen el potencial de valorizarse económicamente”.
Además, la investigación apunta que esta recuperación es el gran desafío y oportunidad de la minería: “Dado que las leyes del mineral -la concentración que presenta el elemento químico de interés minero en el yacimiento- están disminuyendo y se sabe que la demanda de metal crece significativamente, se espera que la cantidad de relaves aumente en las próximas décadas. Al mismo tiempo, la demanda de nuevos tipos de metales da como resultado la formación de nuevos tipos de relaves. Las cantidades de desechos generados son tan significativas que su uso completo para cumplir con el enfoque de economía circular es un desafío”.
En resumen, los resultados de este estudio respaldan la minimización de la huella ambiental de la actividad minera y la adopción de los principios de la economía circular.
