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Huelva

El San Roque cae para volver más fuerte

El equipo lepero desciende a Tercera división después de cuatro históricos años en la categoría de bronce del fútbol español

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  • Ante el Cacereño, tampoco -

Si algo se escuchó en el Municipal de Lepe el pasado sábado fue el cántico de “volveremos otra vez”. El San Roque acabó con una crónica anunciada. Su descenso de categoría estaba cantado desde hace semanas y ahora sólo queda mirar con optimismo un futuro que parece complicado. Con las arcas vacías y con la ayuda del Recreativo tambaleándose por bajar a Tercera división, los dirigentes aurinegros aguardan una inyección de capital para hacer un equipo serio y con aspiraciones claras de ascenso. Para regresar otra vez a Segunda B, donde desde la temporada 2009/10 se han vivido rachas increíbles con el equipo en puestos de promoción o aquella consecución de la Copa Federación en 2010, en una final de ida y vuelta ante el Lorca Deportiva.
    Ahora queda analizar lo que ha sido una pobre temporada y buscar la forma de pagar la deuda de 400.000 euros con la Seguridad Social.
    En cuanto a lo estrictamente deportivo, el San Roque empató a cero contra el Cacereño en el Municipal. Uno se jugaba la salvación y otro el cuarto puesto de promoción. No pasó ni lo uno ni lo otro. Todo es matemático. Sin embargo, se vivió un partidazo con alternancia de ocasiones, polémica y buen juego. Pero sin goles.
    En la primera parte no hubo un dominador claro. Matias Saad pudo marcar el primer gol del partido tras una bonita vaselina y Wilson Cuero contrarrestó con un remate picado. Los aurinegros pidieron penalti por una patada de un defensor visitante a Cuero y, poco después, otro jugador del Cacereño se protegió el rostro con las manos dentro del área y contactó con el balón.
   Ya en la segunda parte un derribo sobre Chakiri si fue señalado penalti, pero Fran lo envió al larguero. La mala suerte está con el equipo y todo sale mal. Hasta lo sencillo. El milagro cada vez estaba más lejos y ninguno de los dos equipos logró conseguir sus objetivos. Ahora queda un añito en el infierno.

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