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Huelva

El asesino de Miriam niega que violara a la madre

El acusado ha sostenido que únicamente mantuvo relaciones sexuales con la mujer durante su estancia en La Palma del Condado en noviembre de 2012

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  • Jonathan Moya -

Jonathan Moya, el hombre condenado a 23 años y 7 meses de cárcel por la detención ilegal y el asesinato de la bebé de 16 meses Míriam Cuerda en diciembre de 2012, ha negado hoy haber agredido sexualmente a la madre de la niña, así como haber mantenido relaciones sexuales con ella tras su llegada a Almería.

Moya, acusado de un delito de agresión sexual por el que se enfrenta a una pena de 12 años de cárcel, ha asegurado durante la vista oral, celebrada ante el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería, que "en ningún momento" agredió a Gema Cuerda, mientras que ésta ha insistido en que el hombre la ató con una cuerda y la intimidó antes de violarla, días antes de la muerte de la niña.

"En ningún momento la he agredido... si en algún momento me he equivocado en mis declaraciones ante la Guardia Civil, las hice bajo presión y no me acuerdo de algunas cosas... me declaro inocente", ha expresado Moya durante su alegato final ante los magistrados.

De esta forma, el acusado ha sostenido que únicamente mantuvo relaciones sexuales con la mujer durante su estancia en La Palma del Condado (Huelva) en noviembre de 2012.

Ha reiterado que tras recoger el 19 de diciembre de 2012 a Cuerda y a su bebé en la estación de Guadix (Granada), después de convencerla para que viajara a Almería, aunque sólo mantenían una relación de amistad, no tuvo ningún encuentro sexual, consentido o no, porque "no tenía el cuerpo para ello ni era la situación".

Sin embargo, la fiscal ha recordado cómo Moya declaró ante el Juzgado de Instrucción número 2 de Almería que hubo una "relación consentida" y que éste expresó que si bien "no era ni el lugar, ni el momento, todos somos hombres y ella se le echó encima".

Por su parte, Cuerda ha relatado cómo tras pasar una noche en el vehículo de Moya y realizar un recorrido por diferentes parajes y pueblos de Almería, el acusado la llevó a un descampado, aprovechó que la bebé se había entretenido "jugando con las flores", y cuando la madre la estaba sentando en el césped, la "cogió por las manos y la ató por detrás" usando una cuerda.

Según la mujer, Moya la agarró del pelo, le dijo que eso "le daba mucho morbo" y mantuvo relaciones con ella.

"Mi hija me estaba mirando, tuve que hacerlo por el miedo... algo iba mal y no sabía lo que era", ha relatado Cuerda, quien ha dicho que no ofreció una resistencia activa porque se sintió "intimidada" y por miedo a que Moya le hiciese daño a ella o a su hija.

La víctima ha expuesto cómo en la actualidad se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico por estos hechos, asegurando que está "bastante mal. Tengo pareja y no quiero que ni me toque".

Durante el juicio han testificado también los médicos forenses que inspeccionaron a la mujer horas después de que presuntamente se produjese la violación, quienes han explicado que ésta sólo tenía una pequeña erosión en la entrada de la vagina y carecía de lesiones o eritemas en las muñecas u otra parte de su cuerpo, por lo que han apuntado que "no se puede acreditar médicamente con rotundidad que haya habido una violación".

No obstante, han reconocido que en algunos casos puede no quedar "ningún tipo de rastro", especialmente si se ha producido una "situación de miedo por parte de la víctima y ella se deja hacer".

De hecho, en sus conclusiones finales, la fiscal ha insistido en que Cuerda "quería acabar lo antes posible con lo que ella consideraba que era inevitable", y que por ello no se opuso activamente a la violación presuntamente efectuada por Moya.

Por último, antes de concluir el juicio, que ha quedado visto para sentencia, el abogado de Moya, José Ramón Cantalejo, ha mantenido que Cuerda "dijo que la violaron para agravar la denuncia" tras la desaparición de su hija.

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