El avance de la pandemia del coronavirus hace estragos en la salud pero también en la economía onubense. Algunos sectores productivos han tenido directamente que echar el cierre unos días, otros se afanan en mantener la actividad con todas las precauciones y algunos intentan salvar el tipo pese a que las embestidas son cada vez más fuertes.
Es el caso, por ejemplo, del sector de la fresa, que a la falta de mano de obra por el cierre de fronteras con Marruecos, que impide la llegada del contingente de contratos en origen, se suma la caída de ventas, que se incrementa por momentos.
En declaraciones a Viva Huelva, el gerente de Freshuelva, Rafael Domínguez, ha reconocido que el consumo se ha contraído mucho en el mercado nacional. Aún no manejan cifras pero sí hablan de una fuerte caída. El motivo es el descenso del consumo de productos frescos en general y de la fruta en particular, y en concreto de los productos más perecederos, como son los frutos rojos, ya que se ponen malos antes y la gente ahora no hace una compra diaria.
A nivel internacional por ahora el impacto negativo en las ventas no es tal, pero “todo apunta a que aumentará conforme se alargue el confinamiento”.
También dentro del sector agrario, el Colegio de Economistas de Huelva ha alertado de que las restricciones en el transporte pueden derivar en “un desabastecimiento de alimentos de primera necesidad” por los problemas que se están produciendo en las explotaciones agrarias debido a que los trabajadores del campo “no están pudiendo acceder a las explotaciones”.
En este sentido, han indicado que la decisión adoptada por el Gobierno de que solo haya un ocupante por vehículo con multas que pueden llegar a los 600.000 euros y un año de prisión está provocando que los trabajadores del campo se vean “imposibilitados” a acceder a sus puestos de trabajo, ya que “hay muchos de ellos que carecen de un vehículo propio y su forma de ir a trabajar es en coches compartidos”.
