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Huelva

Estudian las huellas fósiles de más 70.000 años de Matalascañas

La Universidad de Huelva explica que se trata de un afloramiento de pisadas fósiles descubierto de forma casual por personal de administración de Doñana

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  • Huellas fósiles en Matalascañas. -

Un equipo de la Universidad de Huelva (UHU), perteneciente al Grupo de Investigación de Geociencias Aplicadas (RNM276), está estudiando un conjunto de huellas fósiles de entre 100.000 y 70.000 años aparecidas el pasado 7 de julio en la playa de Matalascañas (Huelva).

Se trata de un afloramiento de pisadas fósiles descubierto de forma casual por personal de administración del Parque Nacional de Doñana, ha informado la Onubense en un comunicado.



Un trabajo de relevancia que se está efectuando después de que técnicos de Doñana se pusieran en contacto un día después del hallazgo con estos investigadores para que se hicieran cargo de su estudio en colaboración con un técnico de Medio Ambiente del Parque, especialista en huellas de vertebrados.

Tal y como explica Eduardo Mayoral, director del grupo de investigación, "una vez sobre el terreno, se pudo comprobar la importancia de tal hallazgo, que quedó al descubierto como consecuencia de la erosión provocada por los fuertes temporales del invierno pasado y por la acción intensa de las mareas".

En concreto, el afloramiento se ubica en la zona intermareal, lo que hace que esté sometido diariamente a su cubierta por las aguas y a su enterramiento parcial o total por la arena transportada.

Este hecho, según concreta este profesor, "limita considerablemente su estudio, pero ha sido -y es- determinante para su buena conservación, salvaguardándolo de acciones vandálicas o del expolio".

La actuación de los investigadores de la Onubense se está centrando en el estudio sistemático de las huellas, para identificarlas icnotaxonómicamente, a partir de su análisis morfológico.

Esta acción permitirá reconocer, no solo los aspectos paleobiológicos, es decir, conocer la fauna que habitaba aquella zona durante esa época, sino también aportar datos sobre su comportamiento y el contexto paleoambiental en el que se desarrolló su actividad.

Para ello, se ha llevado a cabo un reportaje fotográfico completo y se han realizado varios vuelos con un dron para que, una vez procesadas las imágenes y los datos, se pueda obtener no solo la distribución espacial y temporal de las pisadas, sino también varias reconstrucciones de la microtopografía de las mismas que permitan su atribución sistemática lo más precisa posible.

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