La defensa de los vecinos que demandaron en 2018 al Ayuntamiento de Málaga por la contaminación acústica que sufrían en los pisos del entorno de calle Luis de Velázquez y plaza del Marqués del Vado Maestre (conocida como plaza Mitjana), cuyo origen se determinó estaba motivado por la actividad de hostelería y de los locales de ocio nocturno en esa zona, ha presentado en el Juzgado de lo Contencioso-administrativo número 6 de la capital la solicitud de ejecución de la sentencia, cumpliendo así el plazo marcado por la ley después desde que a finales de octubre de 2022 el Tribunal Supremo decidiera no admitir el recurso de casación del Consistorio malagueño.
Tanto el Juzgado de lo Contencioso, en 2021, como luego en 2022 el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) reconocieron en sus respectivos fallos que se había vulnerado el derecho fundamental a la inviolabilidad del domicilio al alterarse el descanso vecinal por el ruido musical y de los clientes y grupos de personas que frecuentaban esas calles hasta bien entrada la madrugada. También se recoge la inactividad de funcionarios y agentes de la Policía Local para tratar de evitar esta situación pese a los avisos y comunicaciones de los residentes.
La ejecución del fallo contempla dos aspectos: por un lado, la indemnización a los tres residentes que demandaron (y que se fijó en 13.440 euros por año y afectado, correspondientes al importe medio del alquiler en la zona de un ejercicio anual), y por otro, la adopción de medidas para que el ruido desapareciera.
En este sentido en su sentencia, el magistrado Óscar Roldán ordenaba "a la Administración municipal la clausura de las actividades que carezcan de licencia y de aquellas que contravengan o excedan en su actividad de licencia, el cierre de los locales que ejerzan con puertas y ventanas abiertas, terrazas ilegales o que excedan de los límites autorizados y que dispongan de altavoces fuera del local".
Sobre este último aspecto, que ya ha reiterado el abogado de los afectados, José María Serrano, debe de pronunciarse el Ayuntamiento, ya que podría implicar el cambio de la actividad de hostelería en esos puntos, con la posibilidad de que los dueños de los negocios reclamasen al Consistorio por los perjuicios tras el cambio de las licencias municipales que se les otorgaron en su día.
Pero también el Juzgado debe de determinar si la indemnización a abonar concluye hasta el 14 de marzo del 2020, cuando se declaró el estado de alarma por el Covid, y si el ruido cesó en ese periodo hasta la vuelta de la actividad hostelera a partir de junio de 2021.
La Asociación de Vecinos del Centro Antiguo, que preside Carlos Carrera, se ha mostrado desde hace años beligerante no solo con la contaminación acústica que sufren los residentes en ese punto de la capital, sino también con la invasión del espacio público por las terrazas de bares y restaurantes.
El colectivo volvió hoy a censurar, coincidiendo con el Día Internacional de la Concienciación del Ruido, la inactividad del Ayuntamiento de Málaga a la hora de aplicar la Ordenanza de Convivencia y la normativa de las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS) de la ciudad. Las quejas por las molestias por ruido durante la madrugada se han realizado también por comunidades de propietarios de Plaza San Francisco, de las Cofradías y de Plaza Uncibay.
En otros barrios de Málaga, como Teatinos o Huelin, los colectivos vecinales también se han quejado de las molestias acústicas que se generan por la noche. Un problema que también ha llegado a municipios de la Costa del Sol, como Torremolinos, donde otro juzgado de lo Contencioso-administrativo ha dado la razón a varios vecinos demandantes.
