El sonido de los cacharricos, la música de las casetas y hasta la de los conciertos llegan hasta el parking de La Victoria esta semana. Es el bullicio de una Feria que espera también el partido del Real Jaén ante uno de los rivales con el que se ha establecido una rivalidad más allá del bien y del mal. Es un partido, además, que tiene una especial trascendencia y que no huele a festividad porque los blancos van a tener enfrente a un conjunto que esta temporada sí parece que está capacitado para meterse entre los que opten al ascenso y al play off. Pero también el equipo de Emilio Fajardo tiene esas condiciones y prestaciones. La matinal del domingo les espera a ambos para un partido en lo alto de la tabla y en el que la principal pretensión es recortar distancia con el Juventud Torremolinos y poner tierra de por medio entre ellos, rivales directos para todo esta temporada.
La trayectoria motrileña arroja unos números interesantes, dado que no conoce la derrota desde que comenzó la temporada, pero el resbalón en casa ante el Torreperogil de Valenciano podría provocar en el seno del equipo una puesta en escena con la que llevarse los tres puntos de Jaén. Pero esa herida que tiene el club del Escribano Castilla también está presente en los blancos. La derrota en Huétor Vega, con gol de Jorge Vela incluido, es otro acicate para abordar un compromiso de esos que Luis Aragonés diría que es para ganar, ganar y volver a ganar. Una empresa para la que Fajardo no podrá contar con el motrileño Óscar Lozano, con unas molestias que, en principio, le van a impedir estar listo para afrontar el partido. Baja sensible además, pese a la profundidad de banquillo que tiene Fajardo y que podría solventar con la inclusión de Erik Aguado en esa demarcación. Es el recambio natural para Lozano y cualquier otra intervención sobre el once inicial, quizás podría traer una variante en el sistema de juego que tampoco parece que sea de esperar.
La matinal, además, tendrá ese jaleo de aparcamiento porque la Feria de San Lucas está en plena ebullición y el transporte tendrá que ser con cabeza, en bus y pocos coches para un partido con el que el Real Jaén estrenará tres partidos en casa de los cuatro próximos. Ahí se verá también cómo responderá el césped, que esta misma semana también ha sido el escenario del I Trofeo del Olivo de Fútbol Femennino, ganado por el Chauchina. Un césped que hace 15 días era una auténtica alfombra y sobre el que los jiennenses esperan espantar esos fantasmas de cerrar un partido de forma contundente. Una cuestión importante porque lo haría ante un rival directo y un triunfo traería una dosis de moral bastante más grande tras caer en Las Viñas. De paso, los de Fajardo mirarán de reojo por la tarde al Matías Prats, porque allí juega el líder y el territorio tosiriano no es sencillo de asaltar.
