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Jaén

La última y desgarradora carta de un represaliado del franquismo

Una semana antes de ser ejecutado el preso, natural de Peal de Becerro (Jaén), escribió la que sería su última carta a su familia

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  • La última y desgarradora carta de un represaliado del franquismo. -

El 6 de febrero de 1941 Fernando Hernández Lara fue fusilado junto a otros represaliados del franquismo sepultados en la fosa 702 del viejo cementerio de San Eufrasio de Jaén, donde se espera de reanudar los trabajos de exhumación, y una semana antes de su ejecución escribió una carta desgarradora que ahora ve la luz.

Una semana antes de ser ejecutado el preso, natural de Peal de Becerro (Jaén), escribió la que sería su última carta a su familia. Lo hizo en el tren que lo conducía desde la cárcel de Burgos hasta Jaén.

Y allí, con una serenidad pasmosa, anticipó la tragedia que llegaría días después: “Madre, ya se han cumplido mis días, voy a morir injustamente fusilado”, relataba en el encabezamiento de esa misiva a la que ha tenido acceso EFE y que ha sido descubierta ahora por un sobrino en el baúl de su padre, hermano mayor de la víctima de la represión.

A Fernando Hernández no se le había abierto ningún expediente previo ni tampoco consta haber sido sometido a juicio. “Su único delito fue haber sido uno de los promotores del sindicato C.N.T. y también de la agrupación del PSOE en su pueblo”, explica su sobrino, también llamado Fernando Hernández.

“Me encuentro en los momentos más difíciles de mi vida por culpa de aquellas personas que me han querido tal mal. Madre, usted tenga paciencia y resignación, mi muerte la tiene que resistir porque muero injustamente fusilado”, continuaba el relato de esta víctima, que tenía 35 años y dejó viuda a su mujer y huérfanos a sus cuatro hijos.

Su padre, Juan, había muerto en abril 1940, casi un año antes de que fusilasen a su hijo. “El abuelo Juan murió de pena al ver la injusticia de ver que su hijo no regresaba de las prisiones de Jaén y Burgos a pesar de los salvoconductos que presentó la familia”, manifiesta el sobrino de la víctima.

Además, entre las ropas que se entregó a la familia tras la muerte de Fernando Hernández apareció un trozo de papel escrito en el que el represaliado ofrecía su chaqueta a otro preso paisano suyo “porque es más nueva que la mía”.

“En las cartas de mi abuelo había mucha generosidad y ninguna sed de venganza, sólo pedía justicia y que no lo olvidáramos”, indica uno de sus nietos, con el mismo nombre que su abuelo. A su juicio, “este tema fue silenciado en la familia durante muchos años por el miedo que generaba a sus miembros”.

Muchos de los descendientes directos de Fernando Hernández se reunieron el pasado 1 de noviembre en el homenaje a las víctimas de la barbarie franquista que cada año organiza la Asociación de la Memoria Histórica junto a la fosa 702 del viejo cementerio de San Eufrasio.

Allí estuvo presente Juan Hernández, de 89 años, el único hijo vivo del fusilado y que va a ser el que se realice la prueba de ADN previa a la exhumación de los restos del millar de víctimas que permanecen sepultadas en esta fosa desde hace más de 80 años.

Ahora, los familiares aguardan el inicio de los trabajos de exhumación en la 702 para poder recuperar los restos de los represaliados. Sin embargo, el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Jaén, Miguel Ángel Valdivia, ha indicado que la exhumación no puede continuar “porque el Ayuntamiento de Jaén no da el permiso”. 

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