Pilar Hueso, la jiennense que ‘readapta’ al fútbol femenino de Turín

Publicado: 22/12/2023
La jiennense recuerda sus inicios y los valores que les transmitieron para llegar a una profesión donde en Italia aplica desde la cultura del esfuerzo
Turín tiene aroma a AOVE. Será porque María José le tiene preparado a su hija ese oro líquido para que no extrañe tanto a Jaén mientras en Italia continúa avanzando con paso de gigante en el mundo del fútbol femenino, de la readaptación y de la pasión por una profesión que la ha convertido también en vecchia signora. Es Pilar Hueso. Una de las nuestras. De las que impulsaron el fútbol femenino en nuestra provincia que miró también a una pasión como es el aspecto físico del fútbol, del qué y cómo tratar tras una lesión a la que lo da todo y que tiene luego un camino por delante para volver a seguir dejándose la piel.

Pilar Hueso trabaja en Italia. En uno de esos clubes que todos soñaríamos con pisar quizás por la magnitud de la entidad futbolística, pero también es producto de un trabajo ganado a pulso, con esfuerzo y con esa claridad que la define en su profesión. “Desde pequeña vi la facilidad que tiene el fútbol para practicarlo. He sido de las generaciones que pudo empezar a jugar en la calle. Un vecino me vio y me animó a jugar en el Atlético Jiennense y desde entonces me ha acompañado toda la vida”, afirma la jiennenses, que tiene recuerdos imborrables: “Alharilla y yo hemos compartido años en el Levante y es un referente. Tenemos suerte que hay mujeres que están haciendo cosas importantes como ser madre y ser jugadoras de fútbol. Estudiar siempre me ha gustado y el fútbol llegó un momento en el que tenía más viajes, concentraciones… Antes era complicado porque no había tantas ayudas para poder estudiar y jugar. Pero siempre he tenido claro querer dedicarme al alto rendimiento y me volqué también con el atletismo y el ciclismo. Todo eso me dio muchos conocimientos que ahora también llevo conmigo”.

Inspiración y pasión, dos componentes que en Pilar Hueso son esenciales también porque sabía qué quería hacer en su vida: “Con 10 años ya sabía que quería dedicarme a la educación física y así fui avanzando ante caminos en los que he sido muy directa para conseguir mis metas. Mari Carmen Solebiera fue mi primera entrenadora y de baloncesto. Me inculcó deporte y esfuerzo. Gracias a ello y a los valores que me transmitió todavía me acompañan. Es necesario tener referentes a edades tempranas para no fallar ante pensar solo en marcar el gol y no cómo marcarlo. La cultura del esfuerzo es necesaria porque yo no comencé en Turín. He tenido que realizar trabajos anteriores donde conseguía dinero para poder pagarme un máster para completar mi formación. Suerte no hay, como tampoco a quién conoces. Existe la meritocracia y eso hay que subrayarlo. Lo difícil es mantenerse en estos escalones, aunque llegar y tener la primera oportunidad también”.

Trabajo de readaptación, sí, pero muy necesario para los deportistas. “Cuando decidí ser readaptadora acaba de salir esa línea de estudio no dudé. El aspecto de ayudar, del altruismo también está presente en mi profesión. La felicidad de mi trabajo son pequeños triunfos como ver cuando alguna jugadora con una lesión de larga duración la vuelves a ver jugando. Y muchas se han quedado sin mundial, europeo… Estar ahí y ver cómo regresan es una sensación enorme”.

Quizás hace 15 años las preguntas serían diferentes pero tendrían las mismas respuestas, esas que cuando una persona como Pilar Hueso habla y se expresa desde Turín también transmite que es algo especial todo lo que ha logrado y que si no lo sabía antes ahora sigue subiendo escalones, llevando a Jaén en el corazón pero también bajo el prisma y el pensamiento de ser valiente, de no quedarse con la duda de no haberlo intentado.

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