Ruido, luces, cohetes, petardos y muchas sorpresas inesperadas. Quizás demasiadas cosas para aglutinar en un aspergiano. Para todos son momentos de ilusión, de emoción y de un calendario diferente, ese que se sale de la norma...
Para nosotros es algo habitual al llegar a estas fechas, pero cuando la rutina varía de forma tan radical el prisma aspergino lo entiende diferente. Con
una mente que nos puede resultar prodigiosa, desde el rincón de los TEA
la Navidad, el año nuevo y los Reyes Magos o Papá Noel tienen una simbología particular que debemos entender desde el corazón.
Gloria Sierra, coordinadora técnica Asperger TEA Jaén, nos abre la puerta a un mundo que quizás no nos hemos parado a mirar de cerca, pero que está entre nosotros. “Cada persona es única y en Navidad tendrá unas necesidades diferentes. Lo más importante es conocerlo bien en todos sus ámbitos y podernos adaptar a esa persona.
Los chicos con TEA viven la Navidad con mucho estrés porque cambian las rutinas, hay muchos adornos, luces, ruidos, cambios en la alimentación. Son estímulos que pueden resultar muy abrumadores en muchos casos”, apunta Gloria Sierra que destaca también: “Las conversaciones en murmullos tienen la misma importancia que las luces, los ruidos que se dan en las calles. El centro está lleno de una locura de sobreestimulación sensorial para las personas con TEA”.
Estas fechas son las de regalos especiales, donde hay que escribir carta a Papá Noel y Reyes Magos y se pueden imaginar la montaña rusa de emociones que provoca en la ilusión de cualquiera, pero que se acentúa en un aspergiano, como nos explica Gloria Sierra: “Es una cuestión muy importante porque hay que escribirla con tiempo y se minimicen al máximo las sorpresas. Es decir:
para una persona con TEA puede ser contraproducente dejar los regalos más especiales para el final. Esto puede provocar que al abrir un regalo es lo que él o ella no tiene en la cabeza, así que los más deseados deben abrirse los primeros para que no haya frustraciones y problemas de conductas. Además, en la parte de pedirle a los Reyes Magos, nuestra familia extensa tiene que ser amable con la familia con las personas con TEA, que lo viven con cierta angustia. También es necesario preguntar qué quiere que le regalen y provocar que se sientan en su espacio”.
La parte de la cena de Nochebuena o la comida de Navidad, junto a la Nochevieja son momentos especiales por la reunión familiar en torno a una mesa, donde nuestros aspergianos también se sientan y donde Gloria Sierra recomienda que “ante platos diferentes, familiares que se ven una vez al año y demás, son momentos que hay que recordar con fotos de otros años. No es necesario obligarlos a ponerse algo que no les gusta y estar incómodos. Muchas veces cuando hay olores excesivos que incluso a nosotros nos resultan llamativos en las personas con TEA se multiplican. Ellos no tienen tantos elementos para decir no a una comida que no nos gusta”.
Otro momento son las campanadas y la llegada de las uvas, que será un momento especial y ahí hay que contarles los pasos que se van a dar antes de arrancar el nuevo año. Tranquilidad para el paso del año sin obligar a hacer algo que alguien quiere hacer. Y todo en completa calma, con un abrazo de amor, con la pasión de ponerse del otro lado y con la mente presta para abordar unos días de ilusión desde otro prisma, el aspergiano.