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La Legión homenajea a un soldado 66 años después de fallecer en combate

Se trata del cabo primero Pedro Fernández Mayoralas, y la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo le será entregada más de seis décadas después

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  • Imágenes de la conmemoración -

La Legión Española homenajeará este sábado en Almería a un soldado fallecido hace 66 años, el único cuyo cuerpo jamás se encontró tras participar en uno de los episodios más destacados de la guerra del Sáhara, la batalla de Edchera, en la que perdieron la vida cerca de 40 soldados españoles.

Se trata del cabo primero Pedro Fernández Mayoralas, y la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo le será entregada más de seis décadas después de concedida a su hermana Marci (Marciana), de 84 años.



Esta reparación llega tras la publicación del libro “El alma del 21”, en el que el teniente coronel Juan José Crespo, apasionado de la historia militar y actualmente destinado en el cuartel general de la OTAN en Bruselas, recopiló minibiografías de veinticuatro de los integrantes del Regimiento de Transmisiones 21 -actualmente con sede en Marines (Valencia)- en su 150 aniversario.

“El cabo primero Mayoralas fue enviado al Sáhara en 1957 y desapareció un año más tarde, el 13 de enero de 1958, en el combate de Edchera. Nunca se encontró su cuerpo. Elegí su historia como eje central del libro, sin imaginar nunca -señala a EFE el autor- que lograría revivir con tanta fuerza este episodio” de la Guerra del Sáhara.

Tras la publicación del libro, Juanjo Crespo buscó a los familiares de Mayoralas y logró dar con su única hermana, con la que se entrevistó en julio de 2023 durante la presentación de la obra en Sevilla.

"En la hoja de servicios de Pedro Mayoralas descubrí que se le habían concedido dos importantes recompensas por su acción militar, un ascenso y la Cruz al Mérito Militar, pero sus familiares me indicaron que jamás se les había entregado ni comunicado dicho galardón", explica Crespo a EFE.

Su familia sufrió mucho, "como es imaginable. El 20 de enero de 1958 (una semana después del Combate de Edchera), a las 20 horas, se envió un telegrama a la familia en el que se informó de la desaparición, y no hubo novedad alguna hasta el 4 de agosto de ese mismo año, cuando otro telegrama daba como 'oficialmente desaparecido' a este operador de radio", detalla el autor del libro e investigador militar.

Ningún militar ni autoridad habló nunca con la familia, a pesar de que el padre "escribió muchas cartas e hizo viajes a Madrid para intentar que las autoridades le siguieran buscando, pero no recibieron ayuda de nadie", lamenta Crespo.

A los diez años de la desaparición, y según la legislación vigente, fue declarado oficialmente "fallecido en combate", si bien la familia se vio obligada a contratar un abogado "para arreglar los papeles", porque "ellos no sabían de leyes ni tuvieron amparo", añade el militar que ha recuperado esta trágica historia.

"Ha sido La Legión, generosa como siempre, la que ha promovido que se haga este acto. Un acto de reconocimiento, de justicia, pero, sobre todo, de ejemplo: el de una familia sencilla y buena que ha vivido demasiado tiempo en silencio la desaparición y casi el olvido de Pedro", añade.

La historia de Mayoralas fue elegida entre otras muchas por Crespo para rendir homenaje, en forma de libro, a un regimiento que tuvo ocasión de dirigir y con el que mantiene vínculos afectivos.

“En el libro no pude incluir ninguna imagen de Pedro porque, por más que la busqué, no aparecía por ningún sitio -relata-. En el momento de la publicación decidí añadir la de un soldado anónimo que, de alguna manera, le representara. De entre los miles de retratos, sin identificar, que se conservan en el regimiento, elegí el de un joven militar que miraba orgulloso y sereno a la cámara. Me pareció un cierre perfecto para la obra”.

“Al encontrar a sus familiares las fotografías que conservaban de Pedro y enviármelas se me puso la piel de gallina. Aquel joven soldado que cerraba el libro era él. Siempre había estado en las páginas aunque yo no fuese consciente. Pensaba que había elegido yo la foto, pero fue al revés”, recuerda emocionado el autor. 

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