Sugiere la idoneidad de incluir esta técnica diagnóstica en los programas de detección temprana del cáncer de mama
Un estudio clínico en el que han participado casi 40.000 mujeres ha revelado la eficacia de la tomosíntesis mamaria o mamografía 3D para disminuir la tasa de carcinomas de intervalo, aquellos que aparecen entre dos pruebas de cribado.
Esto sugiere, según ha señalado este miércoles la Universidad de Córdoba en un comunicado, la idoneidad de incluir esta técnica diagnóstica en los programas de detección temprana del cáncer de mama.
El ensayo clínico, publicado por la Universidad de Córdoba, el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (IMIBIC) y el Hospital Reina Sofía de Córdoba, es un método de detección complementario a la mamografía tradicional o 'mamografía 2D' que, al igual que esta última, emplea rayos x.
La diferencia radica en que la tomosíntesis evita la superposición de estructuras y permite que se vean mejor las lesiones al recrear una imagen volumétrica, de ahí que también se le conozca como 'mamografía 3D'.
"A pesar de que esta técnica se ha extendido mucho en unidades diagnósticas, en los programas de cribado aún no está tan estandarizada", ha destacado la responsable de la Unidad de Radiodiagnóstico del Hospital Reina Sofía y una de las autoras de la investigación, Marina Álvarez.
Durante dos años, el estudio ha trabajado con el cribado poblacional realizado por la Junta de Andalucía.
Así, casi 24.000 mujeres fueron examinadas sólo con mamografías 2D, mientras que otro grupo de 16.000 fue evaluado también con tomosíntesis mamaria.
Según los resultados del trabajo, en el primer colectivo la tasa de cáncer de intervalo fue de 1,8 por cada mil personas, mientras que en el segundo fue del 0,93. Así, la probabilidad de ser diagnosticada de un cáncer de intervalo fue un 49 % menor en mujeres a las que también se les realizó el cribado con la 'mamografía 3D'.
Los resultados del ensayo, además, muestran que los cánceres de intervalo detectados en mujeres que han sido cribadas con tomosíntesis son de menor tamaño que los detectados en mujeres cribadas con mamografía digital, "un dato positivo teniendo en cuenta que el tamaño de los tumores está estrechamente relacionado con el pronóstico".
Posiblemente, esto se deba a "la mayor capacidad diagnóstica del propio método. Si esta técnica permite una detección más precisa de las lesiones, implica que los tumores que han pasado desapercibidos sean más pequeños".
El trabajo pone sobre la mesa la conveniencia de incorporar esta prueba de forma sistematizada en los programas poblacionales de detección precoz del cáncer de mama.
De esta forma, podría mejorar aún más el diagnóstico de una enfermedad que supone, según la Sociedad Española de Oncología Médica, el 28,9 % del total de cánceres en mujeres y la primera causa de muerte por cáncer en esta población.