La lluvia también estropeó el
fin de la Semana Santa de Jaén, pues fue un claro condicionante para suspender la procesión del Señor Resucitado por las calles de la capital. A las 9:45 horas, el hermano mayor de esta cofradía, Francisco Jiménez, anunciaba la
suspensión del desfile penitencial, algo más que entendible vistas las condiciones meteorológicas de este instante.
Había muchas ganas de vivir este Domingo de Resurrección con el Señor Resucitado y María Santísima de la Victoria por las calles del Santo Reino. De hecho, ese sentimiento fue recogido por este medio de comunicación al preguntar a varias costaleras del Resucitado por esta decisión tomada por la junta de gobierno. Todos los cofrades mostraron su
sentimiento de pena, a la misma vez que entendían y asumían la suspensión de esta procesión que colocaba el
punto y final a la Semana Santa de Jaén.
A pesar de la suspensión, los cofrades del Resucitado tuvieron la oportunidad de vivir unos
últimos instantes de intimidad junto a sus imágenes titulares. La Cofradía del Resucitado optó por trasladas ambos pasos a su capilla, momento que aprovecharon las cuadrillas de costaleras y costaleros, además de hermanos de luz o mantillas, para rezar al Señor y su Madre de la Victoria con el silencio, únicamente quebrantado por las campanas que portaban los más pequeños de la cofradía.
Jornadas agridulces
De contrastes fueron las jornadas intermedias de la Semana Santa de Jaén, en las que
la lluvia siempre estuvo presente de una forma u otra. En todos los casos, las inclemencias meteorológicas afectaron a las hermandades jiennenses, que siempre miraron al cielo para tomar una decisión.
Con mucha claridad se tomaron decisiones en la tarde del
Miércoles Santo, que continuó con la tendencia de las dos jornadas previas, en las que Jaén se quedó huérfana de cofradías en sus calles. No hubo posibilidad alguna para que las hermandades del
Cautivo, Perdón o Buena Muerte pudieran poner sus cortejos en las calles. Además, el viento adquirió mayor protagonismo en este instante, acompañando a las cofradías en días venideros.
El Jueves Santo se levantaba en Jaén lluvioso, con algo menos de viento, y mucha incertidumbre para las cofradías que tenían prevista su salida procesional por la tarde. La primera de ellas era la
Congregación de la Vera Cruz que, tras aplazar su decisión media hora,
decidió suspender su procesión ante la amenaza de lluvia. Su gobernador, Ángel Sanz, se mostró derrotado al pronunciar la decisión, ya que los partes era “esperanzadores”, mientras que el cielo demostraba otra cosa. Sin margen para un nuevo aplazamiento ante la celebración de los Santos Oficios en San Ildefonso, no quedó más remedio que suspender.
Mucho más margen tenían las hermandades de la
Expiración y Gran Poder. Ambas dieron noticias positivas a sus cofrades al
decidir salir a las calles de Jaén. El Señor de la Expiración y la Virgen de las Siete Palabras, por un lado, y por otro, Jesús del Gran Poder y la Virgen del Dulce Nombre repartieron esa esperanza que Jaén tanto necesitaba. Por ello,
los cofrades de la capital se echaron a las calles para arropar a estas dos valientes cofradías de Jueves Santo, que tuvieron que apresurarse en los últimos metros de sus recogidas ante la nueva venida de la lluvia.
Esa
inestabilidad a última hora de la noche puso en vilo al pueblo de Jaén, el cual esperaba ansioso el
encuentro con Nuestro Padre Jesús. A las 2:30 horas estaba prevista la salida de Santa Marcela y del Señor, y dos horas después la de la Virgen de los Dolores, pero estas no pudieron llevarse a cabo debido a las
fuertes rachas de viento.
Con un profundo dolor, la hermana mayor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús, Rosa Garrido, comunicó la suspensión de la procesión, alertando de fuertes rachas de viento que ponían en peligro el patrimonio de la cofradía, así como la seguridad de las personas que formaban el cortejo y las que esperaban en las aceras el encuentro con Jesús de los Descalzos.
Cabe resaltar que, horas antes, la cofradía decidió modificar su recorrido para solicitar la venia a las 7 horas, y regresar al Camarín antes de lo previsto para evitar la lluvia prevista a media mañana. A pesar de la no salida, los
miles de fieles y devotos de Nuestro Padre Jesús tuvieron la oportunidad de ver su bendito rostro durante unos minutos, pues el paso fue trasladado al dintel de la puerta del templo, donde se rezó el Santo Vía Crucis.
El Viernes Santo también fue un día marcado por las
cofradías realizando sus procesiones de penitencia, aunque tanto la
Congregación del Santo Sepulcro, como la
Cofradía de la Soledad, se vieron sorprendidas por una fina lluvia que obligó a recortar el itinerario de vuelta. A pesar de ello, Jaén se echó a las calles para acompañar a estas dos cofradías que colocaban el punto y final a la Semana Santa de Jaén.
Balance negativo
En definitiva, una
Semana Santa complicada y marcada por la inestabilidad meteorológica. Así lo expone también el presidente de la Agrupación de Cofradías, Francisco Sierra, que comenta que
“más nefasta no ha podido ser esta Semana Santa; no recuerdo una con unas
condiciones climatológicas tan complicadas como estas, tales como la lluvia o el viento, que ha destrozado parte de las tribunas de la Carrera Oficial”.
“Como
aspecto positivo, me quedo con el comportamiento de las cofradías, que han sabido tomar las mejores decisiones. De veinte procesiones, sólo han salido siete a las calles, por lo que
el balance es negativo. El obispo nos dijo en la Vigilia Pascual que el Señor nos habla y nosotros debemos escucharlo. Debemos seguir manteniendo nuestra fe y continuar con el trabajo en las cofradías para realizar esa labor de evangelización que realizamos”.