Los sueños, sueños son, diría algún poeta ilustrado de aquellos que estudiábamos en el BUP. Pero la licencia que tiene el Real Jaén para meterse en el sobre y seguir con el sueño vivo no depende de su buen juego o de sus triunfos. El Motril-Torremolinos va a decir muchas cosas mañana, pero antes estaba la obligación del Real Jaén de sacar adelante el partido contra el Polideportivo Almería.
Con un césped bastante irregular y pese a que el equipo de Roberto Peragón apenas si lo pisa para que esté en el mejor estado, el Real Jaén arrancó ante los almerienses con la intención de abrir la lata a la mayor brevedad posible y bajo la convicción de que solo les valía el triunfo para que el sueño no se tuviera que trasladar al play off que terminaría casi al final del próximo mes de junio.
La puesta en escena de los blancos chocó con un equipo que supo proteger su retaguardia con muchos efectivos y que salía al contragolpe con mucho peligro. Madurar y tener paciencia era lo que necesitaba el Real Jaén, que fue menos profundo por la banda que ocupó Joseliyo, que no progresaba y siempre trataba de buscar el juego por dentro. Los blancos necesitaban mucho balón y toques para presentarse ante la portería de Manu. Hasta el minuto 18 no hubo uno de esos uy que se cantan en La Victoria. Fue en una conexión Mario-Adri que no terminó de concretarse con el envío del balón a la red. Ahí comenzaba a avisar un Real Jaén que también veía como el Poli Almería proponía con el contragolpe y que hacía que los blancos tuvieran que replegar con velocidad para no verse sorprendidos. Pero ayer era el día de Zipi y Zape y en una conexión de nuevo entre ambos, el balón de quedó franco a Adri para sacarse un disparo que Manu desvió cuando era un misil que se iba para la jaula almeriense. El Real Jaén comenzaba a animarse pero era intermitente. Generaba situaciones de peligro, pero morían casi en el último pase o en un disparo por encima del larguero. El Poli no le perdía la cara al partido y tuvo una dentro del área Anás que Javi Sánchez paró como un gato bajo los palos con una para marca de la casa. Desde ahí salió el Real Jaén en ataque, pero otra vez el último pase dejó en nada el contragolpe blanco que era de tres para dos llegando al descanso.
La vuelta de vestuarios puso el corazón en un puño cuando un chutazo de Migue García repelió el guardameta, deja muerta la pelota a Muñiz que al tener que hacer un escorzo la envía al palo y después de llegarle a Fernando tampoco entró. Pero sí en la siguiente que botó en una falta escorada que Mario Martos incrustó magistralmente en la portería de Manu, poniendo el 1-0 en el marcador en el minuto 50. Y es que los cambios de Peragón pusieron en escena a dos delanteros y a Montiel en banda, dando más profundidad al juego de un Real Jaén con otro empaque y con esa sensación de una salida en la que se olía sangre hasta que llegó el tanto de Mario que minutos después, y en otra triangulación blanca espectacular, lanzó por encima del larguero. Era un Real Jaén más enchufado y que levantaba a la afición la emoción para hacerla soñar.
Los cambios en el Poli Almería dejaban a los visitantes más desdibujados pero también por que el dueño y señor era el Real Jaén que tenía a Zipi y Zape haciendo de las suyas como en una falta que filtró Adri para Mario, recordando el gol que con el Torredonjimeno le hicieron hace unos años al Real Jaén, pero se fue fuera. Pero la superioridad de los blancos era tan absoluta que en una internada de Montiel, el capitán puso un antológico centro para que Carlos Fernández la metiera en la jaula y La Victoria se cayera.
No tenía bastante el Real Jaén con el 2-0 y seguía buscando el portal hasta que en un balón filtrado a Fernando, este era derribado por Pla que era expulsado. El partido estaba más que controlado y Peragón hacía cambios para refrescar al equipo con vistas a la semana que hay por delante donde el Matías Prats será el próximo destino. Juampe, Muñiz desde lejos y Montiel con otro centro al área volvían a ponerle marcha a un partido en el que rosario de cambios en el Poli Almería no impedía que sufriera. Estaban KO y perdidos los almerienses que solo eran capaces de salir con muy pocos efectivos en ataque y casi que solo podían jugar a tratar de achicar agua cuando el Real Jaén aceleraba el ritmo.
Adri también estaba muy metido y buscaba ese gol que Manu le negó en el primer tiempo con un disparo que salió rozando el palo. La afición se divertía pero el Real Jaén prefería dosificar esfuerzos pero siempre mirando a la portería del Poli Almería. Juampe, Fernando y así en un rosario de disparos moría el partido que el Real Jaén se llevó porque lo quiso siempre y se pudo ir a soñar con lo que toda una ciudad desea.
