El corazón de los jiennenses latió este 11 de junio más fuerte de lo habitual. La esperada cita llegó, para vivirse de forma intensa y con lágrimas de emoción a punto de brotar de los ojos de los cofrades y devotos de la Virgen de la Capilla. La patrona de Jaén volvió a encontrarse con el pueblo de Jaén un año más durante la celebración de la Magna Procesión por las calles de la capital, de la que es alcaldesa mayor.
Desde primera hora de la mañana, se presentaba en Jaén una agradable mañana, en la que, esta vez, las temperaturas frescas invitaban a salir a las calles, recorrer el barrio de San Ildefonso y hacerle entrega de un ramo de flores a la patrona de Jaén. Era el día grande de la Virgen de la Capilla, y así lo sintieron los jiennenses un año más.
Chirris y pastiras desfilaban por el Santo Reino con los nervios a flor de piel, estos también recibieron las flores de aquellos jiennenses que mantuvieron nuevamente esa tradición. Era la previa de una tarde más emocionante, si cabe, al igual que también lo fue la Misa Votiva de Cabildos, oficiada por el obispo de la Diócesis de Jaén, Sebastián Chico Martínez. Como viene siendo habitual, las distintas autoridades se dieron cita en San Ildefonso para mostrar su amor y devoción a la Virgen de la Capilla.
Ya por la tarde, fueron muchos los jiennenses los que se echaron a las calles para acompañar un largo cortejo conformado por cofradías, hermandades y distintas entidades de nuestra tierra. En definitiva, un cortejo a la altura de una Magna Procesión, que poco a poco recupera su esplendor. Las calles engalanadas para ello, la Virgen se encontró con los jiennenses entre vítores y majestuosa en su trono. Portada por cerca de un centenar de horquilleros, la Virgen avanzó hasta los pilares de la Catedral de Jaén, donde se acumularon muchos vecinos y vecinas de la capital para ver a su patrona.
A partir de ese instante, el cortejo tomó el camino de vuelta para regresar a la intimidad del barrio de San Ildefonso. Es el momento más especial cada año, donde los cofrades y devotos lloran de emoción y no retiran la mirada del pequeño rostro de la Virgen de la Capilla. Especialmente, el instante más esperado es esa compleja revirá en la calle Reja de la Capilla, justo antes de alcanzar San Ildefonso, donde se interpreta el Himno a Jaén, mientras fuegos artificiales iluminan el cielo de esta tierra, que volvió a mostrarse emocionada al encontrarse con su patrona.
Cambio de ciclo
Muy emotiva fue también la procesión para la hermana mayor, Úrsula Colmenero, y su junta de gobierno. Fue su último 11 de junio al frente de la cofradía, tras dos mandatos completos. Colmenero confesaba que sería un día muy especial para ella y los suyos, y así fue. Ahora, continuará cerca de la Virgen de la Capilla, pero lo hará desde una posición diferente, con la tranquilidad en su día a día, pero con la devoción y amor hacia la patrona que siempre ha profesado desde pequeña.