La infancia es la etapa "crucial y fundamental para adquirir los hábitos de protección solar y de cuidado de la piel, siguiendo una vida saludable, y también como defensa del cáncer cutáneo".
Así lo ha destacado la doctora Ana María Sanchiz, pediatra del Centro Médico Quirónsalud Jaén, quien ha explicado que, con la llegada del verano y la subida de las temperaturas, es importante tener en cuenta distintas cuestiones para disfrutar de los meses estivales.
En este sentido, ha afirmado que se debe proteger especialmente a los niños de las altas temperaturas que se alcanzan en esta época, puesto que son especialmente vulnerables a los golpes de calor, deshidratación y radiación solar, según ha informado el grupo sanitario en un comunicado.
La doctora ha indicado que la exposición a la luz y el calor pueden causar patologías que podrían llegar a ser graves si no se detectan adecuadamente y no reciben el tratamiento correcto. Para ello, debe evitarse la exposición al sol de manera directa en las horas centrales del día (de 10,00 a 16,00 horas), asegurar una correcta hidratación, especialmente con ingesta abundante de agua y usar protección solar.
Ha recordado que se debe tener especial precaución con los niños más pequeños o aquellos con fototipos más bajos (piel clara, pelo rubio y/o ojos claros), ya que necesitarán fotoprotección más alta. Los menores de seis meses no han de exponerse al sol directamente, dado que no se deben utilizar fotoprotectores en los menores de esta edad. Además, aunque se protejan a la sombra, pueden recibir hasta un 50 por ciento de radiación indirecta o reflejada.
En los niños mayores de seis meses, el empleo de cremas solares debe acompañarse de otras medidas, como el uso de prendas de baño con fotoprotección, y es recomendable el uso de gafas de sol con filtros para rayos UVA y UVB, utilizándose siempre un factor de protección por encima de 30, siendo más adecuado de 50.
En los menores de dos o tres años, sería aconsejable utilizar cremas con filtros solares minerales en lugar de químicos, puesto que los minerales tienen menor penetración en la piel.
Por otra parte, Sanchiz ha apuntado que los viajes y desplazamientos son frecuentes en verano, por lo que es muy útil preparar un botiquín para poder tratar pequeñas heridas, quemaduras, diarrea o episodios de fiebre.
Ha añadido que siempre que el viaje se realice en coche debe usarse un sistema de retención infantil adecuado a cada edad, siendo recomendable que el niño viaje en sentido contrario a la marcha, "pues es la forma más segura de viajar".
La pediatra ha subrayado que las vacaciones de verano son un periodo que puede aprovecharse para fomentar las actividades al aire libre, deportes y planes en familia, aunque hay que tener especial cuidado cuando se realizan actividades relacionadas con el agua. Al hilo, ha comentado la importancia de emplear los objetos y accesorios para prevenir el ahogamiento y vigilar a los niños de manera estrecha para poder disfrutar con total seguridad.