13.600 metros de recorrido para alcanzar una
altitud máxima de 807 metros sobre el nivel del mar y 727 metros de desnivel positivo. Son tres de las características que la
Subida al Pantano del Quiebrajano tiene cada año, con la excepción del año de la pandemia, desde que se dio la salida en la primera edición allá por 2003. Empieza en Jaén y termina en el término municipal de Valdepeñas, después de cruzar los túneles. Pero entre la dureza del recorrido está la emoción de correr por un paraje que tiene poco que ver con una carrera de asfalto. Este año es la XX Subida al Pantano del Quiebrajano. Se ha presentado hoy en el Ayuntamiento de Jaén y contará en la salida con
580 corredores a los que se les denomina héroes por enfrentarse a una prueba de máxima exigencia. Agustín González, alcalde de Jaén y dorsal número 1 de la prueba, señala la importancia que tiene la carrera para la ciudad:
“La Subida al Pantano del Quiebrajano, como la San Antón, es una carrera que no se debe perder nunca porque forma parte del patrimonio de Jaén”.
Sin más, la cita tendrá nombres tan relevantes como el de la ‘Reina de la Subida al Pantano del Quiebrajano’
Lourdes González, Miguel Hervás, Antonio Narváez, Esteban Cañabate, Antonio Sánchez, Manuel Molino y Ceferino Benegas. Son las leyendas de estos siete deportistas que han visto cómo la Subida al Pantano del Quiebrajano ha ido creciendo año tras año. Este año también estarán en la línea de salida en el Puente de la Sierra el domingo a las 9:30 horas donde estarán otros 580 participantes para tomar la salida. Los siete legendarios son parte de esta historia que cada año inscribe nombres ilustres en el palmarés de una prueba por la que este año pasarán
Óscar Aymerich, campeón de Andalucía de Trail;
Andrés Estepa, tercer clasificado en 2023, y
Alberto Casas, ese incombustible corredor amateur que con un poco de patrocinio podría ser profesional. En el apartado femenino,
Carmen Gila, del Trailrunners Avanza Jaén, recién campeona provincial de trail, y
Silvia Lara, sexta clasificada en el Campeonato del Mundo de KM Vertical hace tan solo unos días. Ya dejó claro en la Media Maratón de Córdoba no hace mucho que el asfalto también se le da bien y será a tener en cuenta en la victoria final.
El entorno y los parajes por los que van a transitar los corredores el domingo es el plato fuerte. Donde la mirada se posa en la naturaleza. Donde, como dice Agustín González
“se empieza en un mar de olivos y se llega hasta un pinar de pureza”. Esa que hace del atletismo y de esta prueba una carrera emblemática que aúna, además, otras muchas cosas que el alcalde definía así: “Lo tiene todo, porque combina la salud, la práctica del deporte en un recorrido muy duro, pero idílico y, además, su marcado carácter solidario”. Este año es en beneficio de Autismo Jaén, coincidiendo con el reciente aniversario del
Club Atletismo Quiebrajano, impulsor de una prueba, que como dice Juan José Valenzuela, vicepresidente, comenzó con el décimo aniversario del club naranja y casi por casualidad: “
En el décimo aniversario de la entidad decidieron organizar una quedada que tuvo tanta aceptación que se convirtió en una carrera y que aquí estamos hoy 20 años después”. Parecen muchos, pero esto no ha hecho más que empezar, o tal vez continuar… porque habrá más ediciones.