La intensa semana que ha vivido el Real Jaén y su afición pone su punto y seguido con el regreso a la Liga. Muerta la Copa del Rey, hay que darle vida a la competición doméstica y en la que los lagartos se van a desplazar hasta un estadio, el Escribano Castilla, donde siempre se viven los duelos bajo una rivalidad más allá de lo especial. Esta temporada no será menos porque el partido tiene varios puntos de esos que siempre se suelen marcar en rojo en las previas. Será el primer duelo entre Fajardo y Peragón. Un duelo que tendrá en las filas del Motril el pasado del Real Jaén en el banquillo, mientras que el técnico de los granadinos se medirá al entrenador que lo sustituyó el curso pasado cuando los blancos, pese a un juego poco brillante, había enlazado 12 partidos sin conocer la derrota y en los que solo había sumado cuatro empates. Esos son números del pasado, porque los vigentes, los que valen ahora son los que tienen al Real Jaén invicto y a dos puntos del Atlético Malagueño, líder de la categoría. Los motrileños no andan muy exquisitos, pero tienen arriba al nueve que también forma parte de la historia del Real Jaén, Antonio López, y que es la referencia de los blanquiazules.
En el Real Jaén no parece que haya rotaciones. El partido de la Copa del Rey tuvo cosas positivas para Roberto Peragón por los minutos que tuvieron los jugadores menos habituales, pero la premisa para el entrenador madrileño fue la de guardar “a una plantilla con una edad elevada” pensando en el desplazamiento al Escribano Castilla. Y es que el once que se sabe de memoria la afición del Real Jaén más otros dos jugadores son los que están en el césped más minutos y el descanso en la Copa ante el Cádiz apunta a que se repetirá en Motril con pocas variantes. Una de las que puede ser más relevante es la de Óscar Lozano. El máximo goleador de los jiennenses con cuatro dianas está en la última fase del proceso de recuperación de la luxación acromioclavicular en su hombro izquierdo. No estuvo ante el Torre del Mar el pasado sábado y tampoco en la Copa del Rey, aunque Peragón dijo en la rueda de prensa posterior al partido que estaba programada su salida al campo si Curro no hubiera sido expulsado. El motrileño, que regresará a su tierra, tiene todas las papeletas para formar parte del equipo titular o tener minutos cuando menos, algo que alivia también al ataque blanco, huérfano de un jugador que encare, drible y exprese su fútbol por la banda. No lo tuvo ante el Torre del Mar y se notó, aunque también surgió la figura de un Mario Martos inmenso que está también en un buen momento de forma. En la defensa, hasta podría volver Pablo de Castro en lugar de Mauro. El de Granollers ha jugado todos los minutos de la Liga y tras el partido de Copa podría incluso tener un descanso por la intensidad de tantos compromisos consecutivos. Es una hipótesis ya que Peragón confía ciegamente en el central por los recursos que le aporta en el terreno de juego para la salida de la pelota desde el centro de la defensa o para que juegue de medio centro también.
Los cuatro días posteriores a la Copa han servido también para limpiar la cabeza y centrarse, si es que no era así (algo que nadie duda), en la Liga. La eliminación ante el Cádiz no ha caído demasiado bien en el seno de los rectores del club, según fuentes de solvencia del mismo Real Jaén, porque esperaban lograr la clasificación y ahora se tienen que conformar con la Liga, donde una derrota en Motril podría embarrar las sensaciones por no apostar por los titulares en la Copa y haber dosificado a los titulares durante el transcurso de la eliminatoria, dejando las oportunidades para los menos habituales para otros partidos donde el Real Jaén es más poderoso, como así se vio ante el Poli Almería. Una sensación pues la que surge del club que invita a una cierta presión para ganar en Motril y no tener que mirar hacia la Copa y a la imagen que se dio, porque la competición del KO ya no será posible para hacer caja hasta la próxima temporada si se logra la clasificación o el ascenso directo.