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La vida sigue igual en el Real Jaén donde marca el de siempre

Óscar Lozano hace doblete en Las Viñas, pero es insuficiente para que los blancos ganen y emborronen el calendario que le entregó Anera a los jugadores

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El de siempre es el que sostiene al Real Jaén.

Esto de tener un calendario y utilizarlo para decir que el Rea Jaén debe ganar creo que está fuera de cualquier duda de que el equipo tiene que saldar todos los partidos que le restan con victoria para ascender de forma directa con un título que levantar. De esos que hay en las vitrinas del estadio pero que últimamente parece que falta alguna copa. Será que la están limpiando para ponerlas bonitas y hacer espacio para la que está por venir como quiere la propiedad del club, que seguramente le está haciendo también hueco para ello. Pero para abrir la vitrina y colocar un título, aunque sea de Tercera Federación, hay que tener más cosas y no fallar en los momentos determinantes. Luis Aragonés decía que en los diez últimos partidos de Liga se juegan los títulos y el Real Jaén va a llegar a esto con el pie cambiado después del empate en Las Viñas contra el Huétor Vega.

La cosa es que no pinta bien por las sensaciones de un equipo en el que siempre comparece el mismo, Óscar Lozano, junto a otros compañeros que están tirando de un carro mal diseñado desde primera hora y que tiente la rémora de que la plantilla necesitaba una actualización de esas profundas. Quizás no solo la plantilla, sino muchas otras secciones que con cuenta gotas ven cómo se pierden elementos que trabajaban por el club de manera gratuita. Y eso también es un mal endémico, como el sufrimiento que acumula un Real Jaén que en Las Viñas comenzó el partido por detrás en el marcador. Como muchas veces le ha ocurrido esta temporada. Un gol en el minuto 7 de Aarón que obligaba a los blancos a tener que remangarse porque una derrota no es lo que necesita el calendario de Anera y mucho menos un club que va a cerrar el curso con un millón y medio de euros de presupuesto. Lo repetimos para no frotarnos los ojos después. El caso es que en esta maratón de la Liga el Real Jaén sufrió un desvanecimiento demasiado pronto y ante un rival que sabe tratar la pelota. La ausencia de Adri Paz se  nota demasiado y ahí tiene que surgir el de siempre con su capa de héroe para poner las cosas en su sitito. Es el caso de Óscar Lozano que puso el empate en el marcador en un partido demasiado titubeante de los de Herrero y que adolece todavía de los mismos errores del pasado. No se subsanan y eso es un mal endémico para un equipo que necesita todos los puntos de aquí al final de temporada para ser campeón. Lo de la Copa del Rey pueden ustedes darlo por hecho pero la competencia que existe en grupo no es la de otros y el ascenso cuesta el doble o el triple. Para tenerlo claro también junto con el asunto del presupuesto.

El caso es que como marca el de siempre, Óscar Lozano, en el Real Jaén pasa lo de siempre, que tiene que sufrir. El motrileño adelantó a los suyos en el marcador y ahí comenzó el calvario blanco una vez más. Con Herrero o Peragón, el Real Jaén está condenado a sufrir de lo lindo y eso no es buen síntoma. Sí que es cierto que el cambio en el banquillo ha ocasionado una mini revolución, pero es como cuando se sube el Salario Mínimo Interprofesional y la COE pone pegas mientras los sindicatos se sonríen. Ayer debió pasar algo como lo que ha ocurrido en estos días con la subida salarial del SMI y su cotización en Hacienda. Todo vino con el empate de Cristian en el minuto 76. Le quitaba al Real Jaén tres puntos necesarios y lo dejaba solo con uno con casi un cuarto de hora para determinar si lo poco que le quedaba a los blancos era suficiente para la clasificación. Pues no lo es. Todo lo que no sea ganar, rebasar al Malagueño y tener un colchón de ventaja con el equipo de Funes no vale. Así que tocó sufrir ante las acometidas de los locales que buscaban reengancharse a la clasificación y a la pugna por entrar en el play off. Pero ahí siempre surge también el de siempre. En el calendario de Anera o donde sea, lo de Javi Sánchez es para ponerle otra capa de héroe. El problema es que los síntomas de la pájara comienzan a surgir y no por pararse, por poner un ejemplo en Brenes y comer en el Ochentaytres para recuperar, es que el Real Jaén tiene ese mareillo del muro de un maratón y los síntomas son de esos que te dicen que la cabeza te da pero las piernas no. Es como lo del quiero y no puedo. Justo lo que al Real Jaén le pasa, que quiere pero no puede y no poder en esta segunda vuelta es mucho más que grave que en la primera, porque las hojas del calendario de Anera cae y eso ya no se puede volver a poner en el gusanillo. Quizás hay demasiado espacio mientras se limpian un par de copas y eso condiciona a la posibilidad por lo de la mala suerte que dá lo de abordar y decir que sí que se va a ser campeón cuando todavía no se es. Se quiere, pero hay que poder.

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