La Hermandad del Rosario de Bormujos ya tiene fecha para su tradicional campaña de dulces de Cuaresma, una de las iniciativas más importantes para la cofradía tanto a nivel devocional como económico. Ana Carvajal, Hermana Mayor de la Hermandad, subraya la relevancia de esta actividad: “Empezamos con los dulces la semana del 13 de marzo y nos llevamos un mes entero con la campaña. Es importante, es la mayor fuente de ingresos de la Hermandad”.
Los dulces, elaborados artesanalmente por las hermanas, incluyen roscos, pestiños, tortas caseras, galletas de sidra y empanadillas. Se podrán adquirir en el local que la Hermandad tiene en el centro de Bormujos, donde tradicionalmente los vecinos acuden cada año para colaborar con la cofradía y disfrutar de estas delicias típicas de la Cuaresma. Además, el 29 de marzo, durante el concierto de bandas organizado por el Ayuntamiento, también se pondrán a la venta estos productos caseros.
Pero la actividad de la Hermandad no se limita a la campaña de dulces y los nuesvos respiraderos ya están más cerca de ver la luz: “Los hermanos Caballero ya están con los respiraderos laterales”, explica Carvajal. La primera fase del proyecto, que correspondía al frontal, estuvo expuesta en Málaga y próximamente volverá a exhibirse a petición del reconocido artista Ramón Vergara.
En cuanto a los plazos, la Hermana Mayor señala que los nuevos respiraderos estarán listos en octubre, aunque sin la crestería: “Tenemos solo presupuesto para los dos primeros paños, la crestería tendrá que esperar al año que viene”. Esto supone que la Hermandad deberá aguardar un año más para ver la obra completa en todo su esplendor.
Además de estos proyectos, la Hermandad del Rosario también ha organizado un viaje a Setenil para el 30 de marzo, cuya acogida ha sido tan buena que se han agotado las plazas en apenas una semana. Mientras tanto, la Virgen ha estrenado unas estrellas en su manto, un pequeño pero significativo detalle que suma a su ajuar.
Por último, la Hermandad continúa con las obras de rehabilitación de su casa hermandad. “Estaba en bruto y no tenía ni suelo. Le hemos cambiado la escalera y el suelo, la obra es importante y estamos en ello”, concluye Carvajal.
