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Patio de monipodio

Faroles

Se encienden a gusto. Lo normal, a gusto de los políticos, una especie más que especial, siempre necesitada de adulación. Sólo hay una forma de hablar...

Publicado: 06/06/2025 ·
08:37
· Actualizado: 06/06/2025 · 08:37
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  • Las farolas en palos de madera. -
Autor

Rafael Sanmartín

Rafael Sanmartín es periodista y escritor. Estudios de periodismo, filosofía, historia y márketing. Trabajos en prensa, radio y TV

Patio de monipodio

Con su amplia experiencia como periodista, escritor y conferenciante, el autor expone sus puntos de vista de la actualidad

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Se encienden a gusto. Lo normal, a gusto de los políticos, una especie más que especial, siempre necesitada de adulación. Sólo hay una forma de hablar con ellos: halagarlos; como se le ofrezca solución a algún error, pequeño o grande, en vez de agradecerlo nombrarán enemigo feroz a quien haya tenido el “atrevimiento” de corregirlo y lo escribirán con tinta indeleble. El “arte de lo posible”, imposible de entender, lo hace todo más complejo, más difícil, imposibilita  la acción y el diálogo. Pero tiene una fácil solución. Si se reconoce que todo lo bueno ha sido hecho por ellos (aunque lleve hecho cien años y ellos lleven dos en el cargo) y todo lo malo es de “los otros”… Esa es la fórmula. Tan clara y tan obligada, que si nadie les lanza flores, encienden sus propios faroles, que no alumbran ni forman parte del alumbrado público.

En el Cerro del Águila, en la zona “Parque Estoril” ha caído como un jarro de agua fría un “reel” de Instagram publicado por el actual concejal del distrito Cerro-Amate, sobre las instalaciones de la Plaza Miguel Hernández. Unas instalaciones retocadas, pero no realizadas por el actual Ayuntamiento, reclamadas con reiteración por la Asociación de Vecinos Parque Estoril, única existente en el barrio en la actualidad, casi treinta años reclamando el espacio para solaz de los vecinos y cultura cuando les dejan practicarla, ojalá fuera en cada intento. Instalaciones minimizadas por la actual Junta de Distrito, hasta suprimir bancos y cercar un mini parque infantil cerrado mucho tiempo, mucho, limitado a algún militante del partido, portador de las llaves.

Ahora, el concejal-delegado ha tenido el detalle de dar a conocer este lugar y los servicios prestados. Y, a decir verdad, no se ha apuntado el tanto, más se da por sabido; tampoco ha tenido la delicadeza de, cómo mínimo, especificar cuando se empezó y a instancias de quien.  Ni ha sido capaz de explicar por qué algunos cambios, sobre todo, por qué se eliminó a la Asociación de su participación en la organización de la Velá, pese a mantenerse estos años pasados gracias a su esfuerzo.  

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