Acostumbrada a ser tratada como una ciudad de segunda clase,
Jaén quiere llevarse una alegría el próximo domingo, cuando
el Real Jaén juegue el último partido de la temporada el próximo domingo (20:00 horas) y consume, méritos mediante, el ascenso. Le basta con empatar ante el Atlético Central para ser equipo de Segunda RFEF. Y no faltará el apoyo: cerca de 6.000 jiennenses ya han confirmado su presencia en el Nuevo Estadio Municipal de La Victoria.
El futuro de la ciudad en cuanto a urgencias pendientes es incierto en proyectos que se anuncian y se revisan como el tranvía o la Ciudad de la Justicia, más fuente decepción que de entusiasmo para la capital del mar de olivos. Las noticias sobre las deficiencias en el transporte público lastran a una población que ahora piensa en que el deporte rey dé un bálsamo de esperanza al Santo Reino.
Ascenso es la palabra de la semana y del curso. Lo sabe perfectamente Manolo Herrero, técnico blanco, la voz a la que le toca frenar la euforia sin obviar que el salto de categoría es una necesidad. "El exceso de confianza nos debilita. Tenemos máxima ilusión y confianza, pero la eliminatoria no está decidida", conviene el preparador.
Sólo la falta de pegada en Sevilla evitó que el Real Jaén afronte la cita del domingo con una renta mayor. Hubo ocasiones de sobra para lograr un marcado que fuese más allá del solitario tanto de penalti rubricado por Óscar Lozano.
"Pedimos a la afición que llene el estadio", insiste Manolo Herrero, un hombre que conoce a la perfección cómo funciona el club, el pasado que arrastra, el nuevo brío en la entidad impulsado por Anera y la idiosincrasia del jiennense, deseoso de festejar.
El sueño y el optimismo funcional
"El sueño está más cerca que nunca", convienen desde el club, alentando mensajes positivos en la redes sociales, a la espera de que la parroquia blanca dé el empujón final
con las entradas y sea más que el jugador número 12 en el cierre de temporada.
Ante palabras tan resonantes como "sueño", "pasión", "compromiso" o "amor", Pepe Caballeo, coach del Real Jaén, apela al "optimismo funcional", a crear en el trabajo ya realizado y seguir esa línea serie en la vuelta ante el Atlético Central. Quedan 90 minutos —quizá más si hay prórroga y penaltis— y el club centenario quiere que el curso 2024/2025 tenga un lugar privilegiado en la memoria sentimental del jiennense.