Los delitos de odio

Publicado: 26/06/2025
Autor

José Antonio Jiménez Rincón

Persona preocupada por la sociedad y sus problemas. Comprometido con la Ley y el orden

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Un 47,9 por ciento de las personas LGTBI+ acosadas han sufrido más de dos actos de acoso en los últimos cinco años
Hechos reales: Rafael S. fue agredido en 2013 por vivir en la calle. Como consecuencia de la agresión, Rafael sufrió un traumatismo craneoencefálico que le provocó un coma, por el que estuvo ingresado 541 días. Ángel Pelluz, abogado defensor de los agresores,  realizó en la puerta de la Audiencia Provincial de Madrid las siguientes declaraciones: “Esto no son personas humanas. No han trabajado en su vida. Son cánceres de la sociedad. Yo, si tengo un cáncer, el médico no me pone paños calientes: me lo extirpa. Pues esto es igual”. Sus declaraciones rezumaron intolerancia, odio y menosprecio contra las personas sin hogar, un verdadero rebuzno vamos. Ni un burro, con mis respetos a estos animales, lo hubiera hecho peor. Estamos ante un DELITO DE ODIO por quién debería defender la Ley. Por desgracia, este es uno de los muchos casos de tantos y tantos energúmenos ultra derechistas, a los que últimamente se suman corrientes del PP, como Feijóo o Aznar. Con el máximo desprecio a la vida de las personas, toda esta gente rebuznan por sus bocazas cada día diciendo que aquí sobramos muchas personas por el simple hecho de ser de izquierdas, pobre, del movimiento LGTBI+ o inmigrantes. Hay muchos, cientos de ejemplos de odio, pero afortunadamente, existe el delito en el Código Penal. Lo que hace falta es que los jueces y fiscales actúen de inmediato con la misma diligencia como hacen en otras causas y mande a pastar por esos campos a tanto ganado (a la cárcel claro).

Pongamos otro hecho real: Antonio, otro sin hogar, nunca se sintió tan humillado -más que si lo hubieran agredido físicamente-, como cuando no le dejaron entrar al baño de un bar porque “era para clientes y no para indigentes”. Otro prenda. El delito de odio es un acto criminal motivado por prejuicios o discriminación hacia una persona o grupo debido a características como raza, religión, orientación sexual, origen nacional, discapacidad u otras. El delito puede manifestarse en diversas formas, como agresiones físicas, verbales, acoso o daño a la propiedad, y busca proteger a las víctimas de estos actos y promover una sociedad más inclusiva. El delito está establecido en el artículo 510 del Código Penal, en el que se establece que el castigo para quienes promuevan la discriminación, el odio o la violencia contra una minoría sea de pena de prisión de uno a cuatro años y una multa de 6 a 12 meses.

Según datos del Informe sobre la evolución de los delitos de odio en España 2023, estos hechos discriminatorios crecieron un 21 por ciento, con un total de 2.268 infracciones. Los delitos de odio por racismo y xenofobia, con 856 hechos, fueron los más numerosos y representaron el 41,8 por ciento del total de las denuncias. Le siguieron los delitos de odio cometidos en los ámbitos de la orientación sexual e identidad de género (522 hechos), mientras que en tercer lugar se sitúan los delitos de ideología (352 hechos). Aquí juegan en primera división del odio los movimientos ultraderechistas y xenófobos con mentiras y bulos a cada instante publicados en medios afines. Y hay personas que se lo creen y les siguen el juego porque la propaganda es muy agresiva y repetitiva. Estas mentiras son muy peligrosas para la democracia porque confunden a los jóvenes que desconocen muchos aspectos del pasado y se suman a la ultraderecha pensando que son la solución para España.

En España, probablemente, sea el colectivo LGTBI+ el que más sufre los delitos de odio. La frecuencia de veces con las que se ha experimentado actos de odio es preocupante. Un 47,9 por ciento de las personas LGTBI+ acosadas han sufrido más de dos actos de acoso en los últimos cinco años, un 51,8 por ciento de las personas LGTBI+ discriminadas ha sufrido más de dos actos de discriminación en los últimos cinco años y un 43,3 por ciento de las personas agredidas han sufrido más de dos agresiones en los últimos cinco años, con un 18,3 por ciento que ha sufrido más de cinco agresiones en los últimos cinco años.  Mientras tanto, cerca de un 60 por ciento de personas LGTBI+ no sufren actos de odio, pero las personas que los sufren lo hacen de forma frecuente y reiterada. (Datos de la Federación Estatal de LGTBI+).

El acoso más habitual en el último año son los insultos (13,42 por ciento), el aislamiento (8,75 por ciento) y las amenazas (6,68 por ciento). Los tipos más frecuentes de discriminación son el no reconocimiento de un derecho (10,33 por ciento) y el trato laboral desigual (9,73 por ciento). Los tipos más frecuentes de agresiones son la agresión física leve (3,20 por ciento), la agresión sexual con intimidación (2,97 por ciento), la agresión física grave (2,03 por ciento) y la agresión sexual con violencia física (1,77 por ciento) -datos de la Federación Estatal de LGTBI+-. Y todavía hay que sumar las agresiones a través de medios digitales, entre ellos, el Facebook o TikTok o por la prensa de determinados medios de extrema derecha o neonazis.

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