Todo comenzó con el restaurante que regentaron junto a su padre en la calle Zaragoza. El Buen Comer lo llevaba todo en el nombre. En las últimas décadas del XX fue una escuela para cocineros y camareros, y un lugar de culto para los amantes de la buena mesa.
La siguiente generación, con Gonzalo y Jesús como nombres propios, tomó el testigo y demostró que de tal palo tal astilla, o que de casta le viene al galgo, o que bendita la rama que al tronco sale.
Hermanos Grimaldi llevan una trayectoria impecable de profesionalidad y buen hacer. Primero en la paralela a la avenida Caballero Bonald, y desde hace ya casi una década en la avenida Voltaire, a la vera misma de El Corte Inglés.
Con la base de siempre, los hermanos Grimaldi le dan la vuelta a las recetas clásicas con una mentalidad innovadora no exenta de orden y buen criterio.
Si se ponen a cocinar por derecho, su cocina es imbatible. Pero tampoco defraudan a los que buscan sabores nuevos fusionados, texturas orginales y presentaciones vanguardistas.
De Grimaldi me quedo con la experiencia sentado a mesa y mantel, pero también con su zona más informal con mesas y taburetes altos y platos al centro.
Hay una receta que explica porqué es un paraíso para los disfrutones. Los chicharrones de atún con huevo frito permanecen inamovibles en la carta después de varios años.
La sustitución del atún por el cerdo, pero manteniendo la manteca, el pimentón y las especias con la que se condimenta la pella del cochino es una de las agradables noticias de la cocina de este rincón que va extendiéndose como una mancha de aceite.
El acierto de acompañarlos de una buena fritada de patatas y unos huevos fritos es rizar el rizo del disfrute.
Gonzalo me ha prometido que seguirá inamovible en la carta. Aprovechen si pueden.
RESTAURANTE HERMANOS GRIMALDI. Av. Voltaire, 1, 11405 Jerez, Cádiz
