En los últimos meses, venimos asistiendo a una serie de actuaciones por parte de Comisiones Obreras en el Ayuntamiento de El Puerto que nada tienen que ver con la defensa real de los trabajadores, y sí mucho con una estrategia partidista y con intereses que responden más a cálculos políticos que a demandas laborales legítimas.
Este sindicato, que dice velar por el bien común, ha demostrado una preocupante obsesión con obstaculizar la acción de este equipo de gobierno. Y lo hace utilizando los cauces sindicales para interferir en decisiones técnicas y administrativas con un claro objetivo político: desgastar al gobierno municipal. No les interesa El Puerto ni su futuro; les interesa recuperar privilegios, cuotas de poder y estructuras clientelares que ya no tienen cabida en esta administración.
No podemos olvidar que Comisiones Obreras fue uno de los pilares sindicales que durante décadas sirvió de apoyo al régimen del PSOE andaluz. El mismo que protagonizó uno de los mayores escándalos de corrupción de la historia de España: los ERE falsos. Aquel sistema de saqueo institucionalizado fue posible, entre otras cosas, gracias al silencio cómplice o la participación activa de ciertos sindicatos que miraban hacia otro lado mientras se robaban millones de euros destinados a los desempleados andaluces.
Hoy, los mismos que callaron ante aquello pretenden darnos lecciones de ética y buen gobierno. No lo vamos a permitir. Desde este Ayuntamiento seguiremos trabajando con rigor, transparencia y responsabilidad. Y no nos vamos a dejar condicionar por quienes utilizan el sindicalismo como plataforma de confrontación política.
El Puerto merece sindicatos útiles, no estructuras al servicio de intereses partidistas.