Ea pasada semana con motivo del repunte de los casos de gripe que provocaron un aumento de pacientes en los servicios de Urgencias y el hacinamiento de hospitales como el Médico-Quirúrgico, pudimos comprobar que suele ser frecuente que se produzcan situaciones de alarma por no saber gestionar en este caso un proceso sanitario normal que obligaba a mantener  información constante y fiable, con mensajes para los ciudadanos de manera que la población se tranquilizara y empezara por utilizar  la atención primaria en patologías no urgentes antes de colapsar los recursos hospitalarios y provocar un cierto caos. Como situaciones parecidas se han vivido en otros lugares del país, se ha visto a centros hospitalarios que han abierto sus puertas de par en par ofreciendo información exhaustiva de las incidencias, con explicación de las distintas manifestaciones de la gripe, altas y bajas por estos procesos, en definitiva administrando un problema puntual con transparencia, situación por cierto contraria a lo ocurrido en Jaén donde la máxima preocupación de los responsables se centraba en negar la evidencia, es decir, un pico asistencial importante y una situación afrontada en general con bastante falta de medios tanto en la atención primaria como en la hospitalaria, como ha denunciado algún sindicato, no todos porque no se ha dado la cara con igual medida ante este conflicto, y las autoridades han sentado un mal precedente al demostrar que les incomoda un estado de adversidad, sencillamente porque tienen pánico a reconocer la magnitud de los recortes.