Solo se busca cortar de raíz todo lo que huela a deuda, caiga quien caiga en el camino, que son muchos ayuntamientos y muchos vecinos
Quizá sea difícil de entender para muchos que detrás de cada Ayuntamiento, de cada equipo de gobierno que eligen los ciudadanos cada cuatro años, está el futuro de la ciudad y el de sus vecinos. Un Ayuntamiento en ruina es una ciudad en ruina y no es necesario que miremos lejos porque Jaén y sus gentes bien saben de eso desde hace años. Los planes de pago a proveedores aparecen como una herramienta para eliminar la deuda de los ayuntamientos con sus pequeños suministradores, pero detrás de esta operación se escondía una losa para la mayoría de administraciones locales y el pago de una deuda millonaria que se había acumulado con grandes empresas concesionarias que trabajan con la mayoría de grandes municipios de España. No se trata de hacer un alegato simplista contra las grandes empresas, pero tampoco es sensato supeditar su estabilidad a la de los cientos de ayuntamientos de este país. Vendan como quieran vender este asunto, la inmensa mayoría del dinero que se ha pagado ha ido a parar a muy pocas manos. ¿Que se le debía? No hay duda, pero es una vez más la mala gestión y la irresponsabilidad de quienes han dirigido la mayoría de administraciones es la que generó una deuda inasumible tras estos años. Por ello, chirría que al inicio de la Legislatura se optara por una amnistía fiscal y por el irremediable rescate de bancos, mientras que ahora, con media España ahogada en sus arcas municipales, papá Estado solo alcanza a cortar de raiz todo lo que huela a deuda, caiga quien caiga.